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Grabación y tratamiento del texto de la entrevista con D.A. Alekseev

Realizados por Andrei Sujorukov

 

 
 

 


Alekseev en el ala de su La-5FN.

(Fíjense en el «as de corazones» dibujado en la capota y en las botas de goma que lleva el piloto).

 

 

A.S. ¿Cómo se registraban los aviones derribados (el proceso)?

 

D.A. De varias maneras. Lo más corriente era obteniendo la confirmación por parte de las tropas de tierra. Aun mejor cuando la confirmación del derribo venia por parte de los comandos especiales de búsqueda y rastreo de aviones derribados.

 

A.S. ¿Los aviones de su regimiento estaban dotados de cámaras de fotocontrol?

 

D.A. Solamente en los La-7.

 

A.S. ¿Utilizaban las “orientaciones horarias” para indicar el rumbo (por ejemplo, “el enemigo a las 2”)? En caso negativo, ¿Cómo indicaban la dirección?

 

D.A. No, no lo usábamos. Era más sencillo: “derecha-arriba”, “izquierda-abajo”.

 

A.S. ¿Si he comprendido bien, en su regimiento no se utilizaban señales de llamada a la hora de comunicarse por radio?

 

D.A. En nuestro regimiento no. Simplemente nos llamábamos por el apellido: “Alekseev, Lobanov”, y etc.

 

A.S. ¿Y no tenían miedo de que los alemanes os pueden redireccionar, sabiendo vuestros apellidos?

 

D.A. No. No se por que, pero este hecho no nos preocupaba. Y no hubo ni un solo caso de redireccionamiento en nuestro regimiento. Ni tampoco en nuestra división.

 

A.S. ¿Utilizaban el guiado aéreo?

 

D.A. Siempre. El líder escuchaba al operario del puesto de guiado, el punto escuchaba a su líder. El punto no puede oír las indicaciones del puesto de guiado.

 

A.S. ¿Hubo casos de derribo de sus propios aviones?

 

D.A. Hubo. Tanto en nuestro regimiento, como en los regimientos vecinos. Eran incidentes muy desagradables. A veces confundían a un “Yak” con un Messerschmitt. O a un “La” con un Focke-Wulf. Los confundían y los derribaban por error. Derribaron un “Yak” ante mis propios ojos. Los “Yak” estaban emplazados en el aeródromo vecino. Vinieron varios Messerschmitt para atacar aquel aeródromo. Para rechazar el ataque, levantaron a nuestra escuadrilla de guardia, para echarles una mano. Del aeródromo bloqueado consiguió despegar uno de los “Yak”. Enseguida fue derribado por nuestros aviones, lo confundieron con uno de los Messerschmitt. Lo “hicieron venir” prácticamente hasta nuestro aeródromo. Vimos cómo tres “Lávochkin” estaban persiguiendo a un “Yak”. Nosotros desde la tierra nos dimos cuenta de que era un “Yak”. Intentamos parar el combate por radio, lanzábamos bengalas rojas… Los “Lávochkin” no pararon hasta haberlo derribado. El “Yak” cayó justo en el centro de nuestro aeródromo.

 

A.S. ¿Cuántos cazas normalmente se asignaban para escoltar a nueve bombarderos o Shturmovik IL-2?

 

D.A. Normalmente seis u ocho. Lo más corriente eran seis. Pero cuando nosotros cubríamos el “molinete” de los Pe-2, Polbin (el famoso as de bombardero Pe-2) insistió que el “molinete” sea cubierto por la misma cantidad de cazas que bombarderos, con relación 1:1. Así que uno de los “molinetes” (no recuerdo cuantos bombarderos había, pero por lo menos eran 12) lo escoltaba nuestro escuadrón entero. Cumplimos la misión con éxito. Los alemanes ni siquiera intentaron atacarnos.

 

Al final de la guerra bastaba con asignar en escolta a cuatro cazas. Ya no había aviones alemanes en el aire.

 

A.S. ¿Cuándo la escolta estaba configurada por seis o por cuatro cazas, los separaban de todas formas en “grupo de escolta cercana” y en “grupo de combate”?

 

D.A. Claro que si. Siempre.

 

A.S. ¿Podría contarme sobre algunos vuelos de combate que mejor recuerda?

 

D.A. Unos cuantos. Sobre uno de ellos ya te he contado, cuando me enfrenté a un Messerschmitt sobre nuestro aeródromo. Era uno de mis dos combates aéreos más duros.

 

El segundo más duro fue el siguiente. Nos enviaron (a Lobanov y a mí) en misión de reconocimiento, en una ruta preestablecida. Una misión como esta prácticamente equivale a una misión de caza libre, dado que se permite atacar a cualquier objetivo que te encuentres. Enganchamos las bombas. Veo que antes de llegar al final de la ruta mi comandante se desprende de sus bombas. Las mías “no tardaron” en desprenderse también. Seguidamente Lobanov se pone en picado.  Veo que abajo iban cuatro Messerschmitt. Los alemanes iban en formación escalonada, y el caza que cerraba la formación se separó un poco del resto. Lobanov atacó a aquel caza. Dado que nuestro ataque fue totalmente inesperado, Lobanov, por supuesto, lo derribó en primer ataque. Pero los tres restantes, por lo visto, no resultaron ser precisamente de los peores ases de la Luftwaffe. ¡Nos implicamos en un buen carrusel!... En aquel combate puse la palanca del gas a tope y agarré con ambas manos el mando del avión, sin soltarlo en ningún momento hasta que no habíamos terminado el combate. Los alemanes nos atacaron seis veces. El combate duró unos 10 o 12 minutos. Y pudimos regresar sanos y salvos solamente gracias a la maestría de Lobanov. Me salvó la vida en aquel combate.


Quiero decir que determinados combates quedan grabados en la memoria gracias a algún detalle especial, por lo demás son como muchos otros.

 

Recuerdo otro combate representativo. Estábamos en invierno. Volábamos con Lobanov en pareja. Concluimos nuestra misión, y antes de tomar rumbo a la base comenzamos a buscar algún objetivo para descargar nuestros proyectiles. Detectamos a un convoy alemán que iba por una carretera del bosque. Estaba compuesto por varios carros, y en cada uno estaban sentados una decena de soldados, muy juntitos. Y lo más importante es que todo el terreno alrededor estaba blanco, cubierto por la nieve recién caída. Mi comandante analizó la situación en un momento. Bajamos hasta unos 600 metros, luego Lobanov picó, y desde 150 metros abrió el fuego con los cañones. (Salió del picado casi tocando las puntas de los árboles). Yo seguía a Lobanov, en aquel momento me encontraba más alto y lo pude ver todo con el mínimo detalle. Las trazadoras impactaron en el carro. El carro quedó envuelto por las explosiones de los proyectiles. Empezaron a caer cuerpos humamos, caían del carro como si fueran sacos de arena. Uno de los proyectiles atravesó el cuerpo del caballo… (Por este detalle recuerdo aquella misión en todo detalle, es como su hubiera pasado ayer). El caballo saltó en el aire y el chorro de sangre dejó una larga marca en la nieve… La jodida guerra… Los alemanes cuando atacaron a nuestro país eligieron su propio destino, pero el caballo no tenía ninguna culpa. Por aquel pobre caballo recuerdo aquella misión.

 

La-7

 

A.S. ¿Cómo era Lobanov? ¿Cómo persona, como piloto, como comandante?

 

D.A. Mi calificación de Lobanov - como persona, como piloto y como comandante – es la más alta. Considero que es un autentico Héroe. El pasó toda la guerra, desde el primer hasta el último día, tuvo una contusión. ¿Y sabes cuantos derribos personales tuvo? 26 derribos. Pero créeme, estos 26 derribos son “de verdad”, sin falsificaciones. Era increíblemente minucioso en este aspecto. El recordaba todos los detalles de cada uno de estos combates, me los contaba a menudo con tanto detalle que seria imposible inventarlo. Nos daba miedo a mentir en su presencia.


Lobanov no tenía miedo a nada. En absoluto. Una vez, cuando quedaba poco hasta el fin de la guerra, a nuestro regimiento llegó el jefe del departamento de asuntos políticos de la División, Fiódor Stepánovich Kutúzov (era compañero de Lobanov). Se puso a “pinchar” a Lobanov: “Lobanov, la guerra esta a punto de terminar, ¿no tendrás miedo de seguir volando?”. La respuesta de Lobanov fue la siguiente: “Fiódor Stepánovich, en el Caucaso fue mucho más duro, pero nosotros no teníamos miedo. ¿Por que ahora iba a tener miedo? En el aire ya no quedan alemanes. Hemos vencido”.


Lobanov era un autentico maestro del combate aéreo y cuando yo era novato me sacaba de tales apuros que aun hoy en día le estoy muy agradecido. Te lo diré claramente: me salvaba la vida. Lobanov era muy calculador y a la vez tenía mucha intuición. Era capaz de predecir el desarrollo de un combate aéreo. Lobanov era un maestro de tiro aéreo, un francotirador: una o dos ráfagas – y adiós, el avión alemán era derribado. Sabia “resolver los asuntos” con los alemanes, yo mismo fui testigo de ello. Pero el hecho de que solamente derribó a 26 aviones no es culpa suya. Es porque no tuvo muchas oportunidades de encontrarse con el enemigo aéreo.

 

Lobanov sabía orientarse en el aire de forma extraordinaria. Era capaz de encontrar cualquier aldea y atacarla. Te diré una cosa sinceramente: yo luché hasta el final de la guerra pero no aprendí a orientarme como es debido (esta ciencia la conseguí dominar después de la guerra). Pero Lobanov lo sabía hacer a la perfección. Tenía talento.


Lobanov era tranquilo, se comportaba de forma muy correcta, sabia dar apoyo a sus compañeros. No fumaba, casi no tomaba alcohol.

 

Lobanov tenía otra cualidad humana importante. El sabía configurar parejas de pilotos. Seleccionaba a pilotos compatibles en cuanto a carácter, nivel de preparación y la manera de pilotar. Un día estábamos sentados al lado del teléfono, contando historias, alguno de nosotros se puso a dormir. De repente sonó el teléfono: “Comandante, preguntan por Usted”. Lobanov tomó el auricular. Si Comprendo Entendido… ¡A sus ordenes!”. Se giró hacia nosotros, nosotros todos callados… Nos dijo, que se había recibido la orden de enviar a seis cazas para escoltar a los bombarderos, y comenzó a configurar las parejas: “Usted – con él, Usted – con él, yo – con Alekséev”. Combinar a los pilotos por el perfil personal se le daba muy bien. Tenía ese don.

 

A.S. ¿Esto quiere decir que ustedes no tenían parejas fijas?

 

D.A. En general no. Mejor dicho, teníamos una lista de parejas asignadas, los pilotos eran distribuidos, pero en realidad esto nunca se llegaba a cumplir. Incluso te diré que en ocasiones las parejas eran compuestas por pilotos de diferentes escuadrones. Yo, por ejemplo, volé con Lobanov, con el comandante del regimiento, con el comandante del 1er escuadrón, con muchos comandantes de escuadrillas. Mientras yo era novato, me tocó volar de punto con muchos pilotos. Y solamente después de adquirir el nivel de experiencia necesario, empecé a volar de punto únicamente con Lobanov. Después de aquel caso, cuando derribaron al punto de Lobanov, él procuraba coger solamente a pilotos con experiencia. A veces incluso cogía de punto a comandantes de escuadrilla que estaban “libres”. Y solamente después comenzó a volar exclusivamente conmigo.

 

A.S. ¿Qué prioridades tenia Lobanov en un combate aéreo?

 

D.A. Su prioridad era siempre cumplir el objetivo de la misión. Si atacábamos objetivos terrestres, su objetivo era atacar bien para luego estar orgullosos ante nuestra infantería. Cuando escoltábamos a los bombarderos, su objetivo era escoltar de tal forma que no quede derribado ni un solo bombardero.

 

Su segunda prioridad era evitar las bajas. Para él era preferible no derribar a nadie y no perder a ni uno de los nuestros, que derribar a tres enemigos pero perder a uno de los nuestros.


Derribar era su última prioridad. Lobanov no buscaba derribos, y no tenia tentaciones de ser Dos Veces Héroe. La prueba de ello es que él cuidaba a cada uno de sus pilotos, y no intentaba apropiarse de los derribos de los demás.

 

A.S. ¿Cómo analizaban las misiones? ¿Tenían algún recinto preparado especialmente para ello?

 

D.A. Todo “sobre las rodillas”, ni siquiera teníamos maquetas. No había ningún cuarto, analizábamos las misiones en el puesto de mando, o en las viviendas subterráneas. O directamente en el campo.

 

A.S. ¿Qué opina del funcionamiento de los servicios de mantenimiento del aeródromo?

 

D.A. Bien. Hacían su trabajo como es debido. Preparaban el campo en plazos muy breves. Sobre todo durante las ofensivas de nuestras tropas. Los equipos de la vanguardia trabajaban bien y rápido. Se desplazaban siguiendo a las tropas de la vanguardia. En una ocasión el batallón de mantenimiento de aeródromo se puso a preparar la pista y se encontró con los las tropas alemanas. Menos mal que cerca del lugar se encontraba nuestra infantería, nos ayudaron a rechazar el ataque alemán. A veces, antes del comienzo de la ofensiva, los aeródromos eran preparados tan cerca de la línea del frente que estábamos al alcance de la artillería alemana de largo alcance. En una ocasión fuimos bombardeados por la artillería alemana. Tuvimos suerte, nadie murió. Incluso no quedó dañado ni un solo avión.


Aquello fue una “sorpresa” desagradable. Estábamos sentados en las cabinas, y de pronto en el campo explotó un proyectil. Pensamos que era una casualidad. Luego explotó otro, más cerca de nosotros. El tercero – aun mas cerca. Los que comprendieron la situación, dieron la orden de abandonar los aviones y a esconderse en los refugios (ya estaban preparados). Mientras yo iba corriendo, pensé: “¿no será que estoy corriendo demasiado de prisa?”. Es que luego los demás se van a reír de mí. Instantes después explotó un proyectil muy de cerca. Alguien grito: “¡Mataron a Pestov!”. Así que me puse a correr como loco hacia el refugio. Ya tenia otro pensamiento en mi cabeza: “¿Me dará tiempo a refugiarme, o me matarán?”. Salté al refugio como un gato.

 

Cuando terminó el bombardeo, recibimos una nueva orden: “Ocupar urgentemente las posiciones en las cabinas y trasladar los aviones a la otra punta del aeródromo”. Así que estuvimos rodando por el campo unos dos kilómetros (cosa muy difícil de realizar con un La-5).

 

Luego se descubrió que no muy lejos de nuestro aeródromo se encontraba un campanario, en el cual se encontraba un corrector de fuego de artillería. Cuando lo eliminaron (algún espabilado lo ha deducido rápidamente), el bombardeo cesó. Aquel día terminó bien: ningún avión quedo dañado (a los alemanes no les dio tiempo a ajustar los sectores de tiro), y Pestov no murió, la onda expansiva lo lanzó contra el suelo. Ni siquiera quedó herido.

 

A.S. ¿Cuál era el máximo alcance del La-5?

 

D.A. No recuerdo exactamente el alcance, pero la duración de vuelo si te la puedo decir: llegaba hasta dos horas de vuelo. La duración de vuelo del La-7 era similar.

 

A.S. ¿En su regimiento hubo algún caso cuando los pilotos alemanes fusilaban a vuestros pilotos que saltaron en paracaídas?

 

D.A. En mi regimiento cuando estaba yo – no.

Puedo decirte lo siguiente: las chicas que plegaban paracaídas estaban muy orgullosas, porque en nuestro regimiento hubo 37 casos de salto en paracaídas y en los 37 casos los paracaídas se abrieron sin ninguna incidencia. Y todos los pilotos consiguieron sobrevivir.

 

A.S. ¿Cuál era la máxima intensidad de vuelos de combate?

 

D.A. Hasta 5 vuelos diarios. Teníamos muchachos muy fuertes físicamente. Mitope eran tres vuelos diarios.

 

Recuerdo muy bien el día cuando por primera vez hice tres vuelos diarios. Durante el primer vuelo nos encontramos con los alemanes, realizamos varias maniobras muy intensas, pero luego los alemanes por alguna causa se retiraron, no quisieron aceptar el combate. Cuando volvimos a la base, nos dijeron: “Repostad el combustible urgentemente, volareis por segunda vez”. Después de aquel primer vuelo ya me temblaban las manos, a ratos tenia oscurecimiento de la vista, por eso pensé: “¿Cómo voy a volar por segunda vez en este estado?”. Pero nada, nos dejaron un rato para comer, recuperamos las fuerzas.

 

Por suerte, durante el segundo vuelo no hubo encuentro con el enemigo. Aterrizamos, y nos vuelven a decir: “volareis otra vez”. Así que realizamos el tercer vuelo. Tampoco nos habíamos encontrado con los alemanes. Pero a pesar de esto, después de realizar el tercer vuelo no nos encontrábamos bien.

 

El día 9 de mayo de 1945, después de una reunión dedicada a la Victoria, realicé tres vuelos de combate. No encontré enemigos en el aire, pero los antiaéreos me dispararon de forma muy intensa. ¡Yo también les metí unos cuantos pepinos del cañón!..

 

A.S. ¿Cuál era la relación numérica entre vuestros cazas y los cazas alemanes en los combates aéreos?

 

D.A. Depende de cada caso.

En mis dos combates más duros la relación era la siguiente: mi pareja contra ocho alemanes, y en otro caso mi pareja contra cuatro alemanes.


Recuerdo que una vez nuestros cuatro cazas intentaron atacar a seis Focke-Wulf. Pero no se produjo combate aéreo, porque los alemanes, al vernos, se escaparon. Hasta hoy día no consigo entender: ¿Por qué se escaparon? Estaban a misma altitud que nosotros.

 

Participé en combates “pareja contra pareja”, “ocho contra ocho”. Pero aquellos combates transcurrían bajo el siguiente escenario: comenzábamos con maniobras intensas, y al cabo de poco tiempo los alemanes se escapaban. Cuando yo luchaba, los alemanes ya no eran los mismos que en el 1941. No tenían nada que ver. Nosotros teníamos pleno dominio aéreo. Estábamos tan seguros de si mismos que incluso en ocasiones no perseguíamos a los aviones de reconocimiento alemanes, que de vez en cuando sobrevolaban la zona. A veces veías a uno, volando a una altitud “estratosférica”. Le mirabas y comprendías que no dará tiempo a interceptarlo antes de que llegue a la línea del frente. ¡Que se vaya a tomar por saco!

 

A.S. ¿Normalmente quien atacaba primero?

 

D.A. Normalmente nosotros. Nosotros a por ellos. Ellos media revolución, picado, y adiós. Como te decía antes, los alemanes no eran nada firmes, con las fuerzas numéricamente igualadas evitaban entrar en combate. Hubo casos cuando los alemanes nos atacaban primeros, pero eran de los “cazadores”.

En nuestro regimiento hubo un caso curioso.

 

En nuestro escuadrón había un tal Vyatkin, comandante de escuadrilla. Era un excelente piloto. Una vez estuvo en misión de patrulla sobre la primera línea del frente y tenia que defender el sector donde se encontraba el puesto de guiado aéreo de la División. De repente al puesto llegó Krasóvskiy, el comandante de nuestro Ejercito del Aire.

 

Vyatkin informó al puesto de guiado que solamente le queda combustible para volver a la base, que cumplió con su misión y que pide permiso para repostar. El comandante de la división Davidkov le dio el permiso, cuando de repente por encima de la primera línea del frente aparecen dos Focke-Wulf. Krasóvskiy enseguida dijo: “Bueno, Davidkov, a ver como tus halcones derriban a los nazis”. Davidkov enseguida le ordenó por radio: “¡Vyatkin, atrás! ¡Allí tienes a dosFocker”, atácalos de inmediato!

 

Vyatkin, por su puesto, se puso en maniobra para realizar el ataque a los Focke-Wulf, pero cuando éstos le vieron, entraron en picado muy pronunciado y se largaron a su territorio. Vyatkin, considerando que la persecución no tenía ningún sentido, y además teniendo en cuenta la falta del combustible, consideró cumplida su misión, dio la vuelta y se fue para la base. Justo después de aterrizar llegó Davidkov. Se acercó a Vyatkin (¡cabreadísimo!) y le preguntó: “¿¡Vyatkin, “ellos” se encontraban más alto o más bajo que tu!?” Mas bajo, camarada coronel”. “¡Y entonces! Si les hubieras alcanzado y derribado, acto seguido recibirías una medalla. Incluso si hubieras aterrizado sin combustible en el mismísimo techo del puesto de mando. ¡Incluso eso te lo hubiera perdonado! Pero tú perdiste esa gran oportunidad…”.


Resulta que Krasóvskiy, al ver cómo Vyatkin se retiró del combate, dijo a Davidkov: “¿Y a “eso” lo llamáis un piloto de caza? ¡Si ni siquiera tiene ganas de perseguir al enemigo!”. Estas palabras le ofendieron tanto a Davidkov que el mismo vino al regimiento a “resolver el asunto” personalmente. Referente a las palabras de Krasóvskiy, te diré que se trataba de una simple confusión y falta de comprensión. Este hecho era una metedura de pata de Krasóvskiy muy aislada, dado que él sabía dirigir a nuestro Ejercito del Aire de una forma ejemplar.

 

A.S. ¿Con qué intensidad volaban durante las pausas operativas en el frente?

 

D.A. Unas dos o tres veces al mes, realizando misiones de reconocimiento. Durante las pausas operativas normalmente el tiempo libre era empleado para estudiar. Realizábamos combates simulados, bombardeábamos en el polígono de tiro.

 

A.S. ¿Los combates simulados eran realizados entre los aviones de su regimiento, o invitaban a los pilotos de otros regimientos con otros tipos de aviones?

 

D.A. No, solamente con aviones de nuestro regimiento. Y a destacar que aquellos combates se realizaban con ciertas limitaciones.

 

 Los pilotos del 41º GIAP durante el acto de la condecoración del Regimiento con la Orden de Kutúzov

En primera fila: El jefe del departamento de asuntos políticos de la División, Kutúzov. Comandante del Regimiento Pavlov (vestido de “Kubanka”). Suplente del comandante para asuntos políticos, Guskov.

Jefe del Estado Mayor (?). Safonov. Alekseev. (?). Mishin.

En segunda fila: Vyatkin. (?). Comandante de escuadrilla Labzin. Okorokov. Lebedev. (?).

(Alemania, año 1945)

 

A.S. ¿Qué opinión tenían los pilotos sobre el “Lávochkin” en comparación con los “Yak” y el “Airacobra”?

 

D.A. En el aeródromo de Brig yo fui testigo de unos combates simulados muy interesantes. En aquel entonces en el mismo aeródromo estaban emplazados varios regimientos de caza dotados de diferentes tipos de aviones: “La”, “Yak”, “Airacobra”. Los mandos nos enseñaron el caza Yak-3 (aquel regimiento los había recibido recientemente). Durante aquella exhibición, el “Yak” realizaba un combate de entrenamiento contra un La-7 y un P-39Q. En las cabinas de los aviones se encontraban los mejores pilotos (el mando de cada regimiento seleccionó a su mejor piloto para realizar aquellos combates simulados). El combate del La-7 contra el Yak-3 duró mucho tiempo, y finalmente quedaron empatados. Ambos aviones resultaron ser totalmente igualados. Pero durante el combate del “Yak” contra “Airacobra”, el “Yak” se puso en la cola del “cobra” rápidamente.

 

Hay que decir que el “Yak”, “La” y “Cobra” se consideraban aviones igualados en cuanto al conjunto de sus características táctico-técnicas. Se consideraba que el P-39 en comparación con los aviones soviéticos tenia mejores características de despegue y aterrizaje (gracias al tren de aterrizaje triciclo), tenia mejor visibilidad desde la cabina, estaba dotado del mejor radiotransmisor y del armamento mas potente, aunque en dinámica de aceleración y en maniobrabilidad vertical “Airacobra” era peor que el “La” y el “Yak”. Era un avión pesado. En cuanto a velocidad, los tres aviones se consideraban más o menos similares.

 

A.S. ¿Qué cantidad de personal de mantenimiento técnico se asignaba a cada avión?

 

D.A. El mecánico, el especialista en motores, el especialista en armas. El técnico (y los demás especialistas) eran asignados a cada escuadrilla. Dado que nosotros intercambiábamos nuestros aviones con mucha frecuencia, se intercambiaba también el personal técnico de rango inferior, así que nosotros normalmente teníamos el trato directo con el técnico de escuadrilla.

 

 

 

 

© Andrei Sujorukov