No hubo nada.
Y así
día tras día. Volábamos en vano. Cuando esta situación se volvió a ser
sistemática, la cuestión fue discutida en aquella conferencia y nuestros
mandos emitieron una orden, según la cual durante la retirada del sector
a los cazas se les permitía buscar un objetivo terrestre y descargar en
él toda la munición.
Luego
– aun más. Para incrementar la eficacia de nuestros ataques terrestres,
se decidió cargar bombas. Con las bombas actuábamos de la siguiente
manera: cruzábamos la línea del frente, de una sola pasada
bombardeábamos el objetivo terrestre (el objetivo era predeterminado
previamente en tierra) y luego, sin bombas, seguíamos volando para
realizar la misión principal, es decir, a controlar el espacio aéreo
encima de nuestras tropas que estaban avanzando. Si no llegábamos a
encontrar a ningún avión alemán, cuando íbamos de vuelta a la base,
buscábamos objetivos terrestres y gastábamos los proyectiles de los
cañones. Evidentemente, cuando íbamos en misión de escolta de los
aviones de ataque a suelo, no llevábamos bombas.
El
La-5 (y el La-7, por cierto, también) estaban dotados de portabombas,
uno en cada ala. Se utilizaban varios tipos de bombas. Cuando comenzamos
con esta practica, bombardeábamos con bombas de 25 y 50kg - las FAB-25 y
las FAB-50. Más tarde, después de realizar varios vuelos y adquirir
experiencia necesaria, nos arriesgamos e incrementamos el calibre de las
bombas. Nos suministraban unas bombas bastante “curiosas” (ahora no
recuerdo el modelo, el nombre era “… no se que de metralla”). Eran
proyectiles de artillería modificados (un proyectil con un estabilizador
incorporado). Esta bomba “de metralla” pesaba unos 80kg. Durante una
temporada volamos con estas bombas. Luego decidimos arriesgar una vez
más, y empezamos a anclar las bombas estándar de 100kg, las FAB-100. Las
FAB-100 también las utilizábamos con el La-7.
A.S.
¿Así que también bombardeaban con el La-7?
D.A.
Si.
¿Qué
tiene
de raro?
En
este aspecto el La-7 no se diferenciaba en nada del La-5FN.
A.S.
¿Qué objetivos bombardeaban y qué resultados obtenían?
D.A.
Para
bombardear y atacar con cañones, procurábamos seleccionar objetivos con
la defensa antiaérea no muy densa. Estos objetivos se encontraban en el
tercer o en el cuatro escalón de defensa alemana. También atacábamos a
las columnas de tropas de reducido tamaño. Varias veces bombardeamos
puentes y estaciones ferroviarias. En mi opinión, bombardeábamos con
resultados bastante satisfactorios.
A.S.
¿A que ángulo picaban, a que velocidad, desde que altitud comenzaban a
picar y a que altitud lanzaban las bombas?
D.A.
Bombardeábamos solamente en picado. Antes de entrar en picado,
obligatoriamente determinábamos la dirección del viento, para poder
calcular correctamente la deriva. Siempre que hubo posibilidad,
procurábamos entrar en picado en la misma dirección que el viento.
Picábamos desde unos 2000 metros, el lanzamiento se efectuaba sobre unos
1000 metros. El ángulo de picado era unos 45-50 grados. ¿La velocidad
del picado? Hasta 550-600 km/h. Sobrepasar la velocidad máxima permitida
era peligroso, dado que existía el riesgo de destrucción del avión.
Además, a mayor velocidad la perdida de altitud durante la salida del
picado seria mayor.
Apuntábamos con nuestro colimador estándar.
Existía un manual especial de procedimientos para realizar el bombardeo
con un caza. Lo aprendimos muy bien. Practicábamos constantemente el
bombardeo en el polígono de tiro.
A.S.
¿Por qué el ángulo de picado era relativamente tan reducido? ¿Cómo
entraban en picado: simplemente picaban o entraban en picado realizando
“media revolución”?
D.A.
El ángulo era justo lo que se necesitaba. A ángulos de picado mayores
incrementaría la pérdida de altitud a la salida del picado y en
consecuencia aumentaba el riesgo de choque contra el suelo. A ángulos de
picado menores la precisión de lanzamiento disminuye drásticamente.
Picábamos de la forma siguiente: primero reducíamos al mínimo la
velocidad, creo que hasta 250 km/h. Luego el avión literalmente caía de
morro hacia abajo, y es cuando nosotros hacíamos una “media revolución”
para captar el objetivo en el colimador. Luego el avión en picado
aumentaba la velocidad, iba cada vez más rápido, pero tú ya habías
captado el objetivo en el colimador y solamente lo tenías que mantener
dentro de los anillos. Lanzabas las bombas y enseguida comenzabas la
salida del picado. A velocidad máxima. Estaba prohibido observar el
resultado del bombardeo para el piloto que realizaba el lanzamiento.
A.S.
¿La altitud de lanzamiento se determinaba por el altímetro?
D.A.
No, de forma visual, por las marcas del colimador. No puedes quitar la
vista del colimador, durante el picado se ha de mantener el objetivo
dentro del colimador en todo momento. Cuando el avión empieza a entrar
en la deriva, se ha de corregir de inmediato.
En mi
expediente incluso consta una nota de agradecimiento por los bombardeos
realizados con éxito. Cuando nuestras tropas atacaban la ciudad rodeada
de Ternopol, nuestro frente temporalmente estaba al mando de Zhúkov
(estaba sustituyendo a Vatútin que estaba herido). Recibimos la orden de
bombardear la estación ferroviaria de Ternopol (allí había una
concentración de convoyes ferroviarios). Despegamos en grupo. La ciudad
estaba completamente rodeada. Prácticamente no encontramos la oposición
de la artillería antiaérea, por lo cual nosotros bombardeamos aquella
estación como si fuera en un polígono de tiro. Después
la acatamos con los cañones.
Volvemos a la base, aterrizamos, se nos acerca el “comisario” (el
zampolit), sonriendo: “¡Os felicito! ¡El comandante del Frente Zhúkov ha
enviado una nota de agradecimiento a todos los pilotos que realizaron el
bombardeo!” – y yo pensando en aquel momento: “¿Dónde tenia que estar
Zhúkov para ver como destruimos aquella estación?”.
Recuerdo otro caso, cuando nosotros bombardeamos con gran eficacia. A
destacar que aquel día bombardeamos la primera línea del frente. Esto ya
fue en el territorio de Alemania. El flanco derecho de Kónev “se estaba
retrasando”. Kónev llegó al puesto de mando del Cuerpo y preguntó: “¿Por
qué no estamos avanzando?” Le dijeron que nuestras tropas se habían
estancado en una aldea, a la que los alemanes habían convertido en una
gran fortificación. Por eso el Cuerpo no podía romper las defensas de la
aldea.
He de
decir que el Puesto de Mando del Cuerpo y el Puesto de Guiado Aéreo
estaban integrados en un único puesto. Kónev llegó junto a Krasóvskiy (comandante
de nuestro Ejercito del Aire). Krasóvskiy enseguida recibió la orden de
Kónev: ayudar con nuestras fuerzas aéreas a las tropas de tierra. Y
resulta que no se disponía ni de bombarderos ni de Shturmovík preparados
para el despegue inmediato para poder realizar el ataque sobre la aldea.
Así que Krasóvskiy dio la orden a nuestro comandante de la División:
“¡Vamos, Davidkov, ataca con tus cazas!”. Y seguidamente se emitió una
orden: cada uno de los regimientos de caza de nuestra división tiene que
asignar a un sexteto de cazas para realizar el ataque con bombas. En el
sexteto de nuestro regimiento estaba yo. Nos engancharon las bombas de
forma urgente, y nosotros despegamos seguidamente.
Llegamos al sector. Nuestro líder recibe la orden desde el Puesto de
Guiado Aéreo: “¿Ves la aldea?
¡Bombardearla
y atácala con cañones!
¡Este
es vuestro objetivo!”.
Y
empezamos...
No
había presencia de cazas alemanes, y prácticamente no había fuego de
artillería antiaérea. Nosotros atacamos en formación estrecha, divididos
por parejas. El primer ataque fue realizado con bombas, y luego
realizamos tres ataques más con los cañones.
¡Les
metimos buena caña! Más tarde a nuestro regimiento llegó el comandante
de la división y nos contó que cuando empezamos a bombardear, los
alemanes abrieron fuego a discreción, gritaban como locos, pero cuando
nos retiramos, había el silencio total. Kónev lo escuchó, se giró y
dijo: “¡Así es como se trabaja!”. Después de nuestro ataque aéreo,
nuestras tropas descargaron toda su furia. Rompieron la defensa alemana
y avanzaron 40 kilómetros.
En
una ocasión destruí con las bombas un almacén. Cuando entraba para
realizar el ataque, vi un
cobertizo
sospechoso. Lo capturé en el colimador y lancé las bombas. Al parecer le
di con la bomba. Empezó a salir un humo muy intenso, una columna de humo
enorme. Nos alejamos de allí a unos 30 kilómetros, pero la columna de
humo aun se veía desde allí. Luego me dijeron que yo destruí un almacén
de combustible y lubricante.
En
las afueras de Chernovtsy en tres ocasiones bombardeamos los cruces
de
río.
Hoy día aun no se si acertamos con nuestras bombas o no. Nuestro único
medio de confirmación eran los informes de los observadores terrestres.
Pero el propio piloto no es capaz de ver el resultado de su lanzamiento.
Además,
esto
estaba prohibido.
Nosotros bombardeábamos con éxito. A partir del año 1944 nuestro
regimiento estaba especializado en realizar ataques con bombas.
Realizábamos muchos ataques al suelo.
Lo
anterior aplica para el lanzamiento de bombas. Referente a los ataques
con cañones, eran realizados de la forma siguiente. Cuando escoltábamos
los IL-2, atacábamos a los cañones antiaéreos para ayudar a los IL-2.
Cuando íbamos solos, sin los IL-2, procurábamos encontrar un objetivo
donde las defensas antiaéreas no eran fuertes, o los objetivos
desprotegidos. Normalmente atacábamos a los vehículos. Los convoyes de
carretera.
Atacábamos y bloqueábamos aeródromos alemanes. Yo participé en estos
ataques en dos ocasiones. Recuerdo que atacamos con mucho éxito el
aeródromo de Drezden. Era en el año
1945,
al
final de la guerra.