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Radares soviéticos antes y durante la Segunda Guerra Mundial

 

Radar aéreo “Gneys-2” para IA PVO

 

En el período previo a la guerra las Fuerzas Aéreas (VVS) no habían experimentado tanta necesidad en los radares como las tropas de Defensa Antiaérea (PVO). Esto se deriva de las condiciones y carácter de la actividad de aviación en los años anteriores a la guerra.

 

La aviación de bombardeo, cuando actuaba de día localizaba sus objetivos de forma visual. Durante la noche, en condiciones de nubosidad o visibilidad de tierra limitada o nula, los pilotos encontraban los objetivos a bombardear utilizando navegación instrumental y los dispositivos de radionavegación (goniómetros, radiobrújulas y demás).

 

La aviación de caza actuaba, por norma general, durante el día y no empleaba medios especiales de detección. Durante la noche, los cazas operaban coordinando sus acciones con los reflectores antiaéreos o con ayuda de la luna.

 

Por tanto no es de extrañar que la idea de usar radares instalados en aviones llegó unos años más tarde, y ya después de comenzarse a emplear radares de serie en los VNOS (puesto de observación aérea, alerta y comunicación) y ZA PVO (Artillería Antiaérea de PVO), aunque en los sistemas de radionavegación, en los equipos de aeródromo y equipos de aterrizaje a ciegas, diversos sistemas de radio se comenzaron a emplearse por VVS ya a partir del año 1933.

 

La razón por la cual se tomó la decisión de construir medios técnicos pensando en el combate aéreo nocturno fue debida a la preocupación de los mandos de VVS y de su instituto científico de pruebas “por la creciente amenaza militar del fascismo alemán”.

 

La cuestión relativa a la creación de radares para cazas se discutió en repetidas ocasiones a lo largo de los años 1939-1940, donde participaron activamente altos cargos del Instituto (tanto ingenieros como personal de vuelo).

 

Un día, observando el trabajo del radar “Redut” en Leningrado durante la guerra contra Finlandia en 1939, el jefe del grupo de departamentos de los servicios especiales del NII VVS General S.A. Danílin, que estuvo implicado desde hace años en la creación de sistemas a bordo y equipos de aeródromo, destinados para la navegación y aterrizaje, concibió la idea de usar el radar de a bordo en los cazas para llevar a cabo un combate aéreo nocturno.

 

S.A. Danílin

 

A  mediados de 1940 S.A. Danílin contrastó su idea con los principales ingenieros de sus respectivos departamentos. Durante el debate los participantes plantearon diversas ideas para crear equipos de combate nocturno. Algunos sugirieron el uso de la tecnología infrarroja, otros propusieron emplear equipos de sonar con receptor de cuarzo piezoeléctrico, otros (entre ellos el ingeniero E.S. Shtéyn) propusieron emplear las ondas de radio. S.A. Danílin apoyó firmemente la propuesta de este último, que propuso crear un sistema análogo al radar “Redut”. Precisamente este último radar terrestre fue el punto de partida para crear un radar aéreo.

 

Debido a que el radar “Redut” fue creado en el NII de la Industria Radioelectrónica, pronto se comenzó a analizar allí mismo la viabilidad de la creación de un radar para instalarse en los cazas. Los principales participantes de la reunión fueron S.A. Danílin, G.A. Uger (adjunto de Danílin), y E.S. Shteyn (estos tres últimos representando al NII VVS) y el director del NII de la Industria Aeronáutica F.V. Zajárov, el ingeniero principal M.E. Azbel, el jefe de los departamentos principales A.B. Slepushkin, A. A. Fin (estos cuatro últimos representando al NII de la Industria Aeronáutica) y otros. Unánimemente reconocieron la posibilidad de crear un radar para aviones.

 

G.A. Uger

 

En esta misma reunión se abordó el tema del rango de longitudes de onda para el nuevo radar. Del rango de onda elegido dependía en gran medida el éxito y la rapidez de la creación del radar. Aquí las opiniones estaban divididas. Una parte de los ingenieros, encabezada por A.B. Slepushkin, sugirió el uso de las ondas centimétricas, ya que el uso de estas ondas permitía crear un equipo de menores dimensiones y peso, a la vez aumentando la precisión de detección. Para crear el futuro radar A.B. Slepushkin sugirió usar los klistrones, desarrollados en el NII-9, que en modo continuo de generación tenían una potencia de 18-20W para una longitud de onda de 15-16cm.

 

La otra parte de los ingenieros, encabezada por A.A. Fin, se pronunció a favor del rango de onda métrico, dado que la industria soviética lo tenía mejor asimilado y por tanto habría mucho menores dificultades a la hora de comenzar la producción en serie del nuevo radar. Finalmente prevaleció el primer punto de vista (ondas centimétricas), y como ingeniero en jefe, encargado del proyecto, fue asignado A.B. Slepushkin.

 

No menos complicado ni menos urgente era la cuestión de la instalación del radar en un avión. Según estimaciones aproximadas, el conjunto de elementos del radar, fuentes de alimentación y cableado tendrían una masa aproximada de unos 500kg. Instalar todo este equipo en un caza monoplaza en aquel entonces no era viable. Por tanto, la resolución de esta cuestión debía efectuarse en colaboración con los ingenieros aeronáuticos y pilotos de caza.

 

La solución fue propuesta por el piloto de pruebas del NII VVS y Héroe de la Unión Soviética S.P. Suprun que propuso instalar el radar en el avión Pe-2 (versión biplaza). Esta propuesta se justificaba, en primer lugar, por el hecho que el equipo era voluminoso y no podía instalarse en un caza de la época y, en segundo lugar, por el hecho que el piloto de caza no sería capaz de manejar el avión, al mismo tiempo que efectuaba la búsqueda del enemigo empleando el radar y para  luego disparar contra él.

 

Tras elegir el modelo del avión, el NII VVS formuló los requisitos tácticos y técnicos para el desarrollo del radar de a bordo:

 

- alcance de detección: 4-5 km;

- zona de detección en dimensión horizontal: 120°;

- zona de detección en dimensión vertical: 90°.

 

A principios de 1941, el NII de La Industria Radioelectrónica desarrolló el proyecto preliminar y una maqueta de laboratorio, asignándole el nombre de “Gneys-1”. Este prototipo de radar estaba basado en los klistrones del NII-9, que funcionaban por pulsos. Tras haber agotado toda la reserva de klistrones disponibles para llevar a cabo los experimentos con la maqueta, A.B. Slepushkin se quedó sin válvulas generadoras; por otro lado, pedir un nuevo lote de válvulas al NII-9 no era posible: comenzó la guerra y el NII-9 dejó de existir, mientras que el Instituto que desarrolló las válvulas fue evacuado hacia el Este y estaba comenzando a desplegar su actividad científica e industrial en condiciones de extrema dificultad. Continuar con el desarrollo del radar de ondas centimétricas no era posible.

 

Entonces, el grupo de ingenieros, encabezados por A.A. Fin, que previamente promovía la idea de emplear las ondas métricas, y considerando la situación en la que se encontraban, planteó la cuestión de reorientar el desarrollo del radar basado en ondas métricas. Dado que esta propuesta ya no era cuestionable por falta de opciones, la dirección del Instituto, y con el consentimiento del NII VVS, aprobó el proyecto.

 

Radar para instalarse en cazas “Gneys-2”

 

El desarrollo del proyecto fue encabezado por A.A. Fin, pero después de un tiempo, debido a que Fin fue nombrado ingeniero principal del Instituto, el desarrollo práctico del proyecto pasó a las manos del ingeniero V.V. Tijomírov, que previamente participó en la creación del radar RUS-2S.

 

La nueva versión del radar recibió el nombre de “Gneys-2”. En su desarrollo fueron implicados los ingenieros principales, encargados de las principales corrientes de desarrollo de radares del Instituto: K.V. Filatov, R.S. Budanov, P.V. Podgornov, A.R. Volpert, A.P. Kryukov, V.A. Govyadinov y otros.

 

A.B. Slepushkin desarrolló el dispositivo de indicación del objetivo, que se encargaba de visualizar la posición del objetivo respecto al rumbo del avión interceptor y mostrar la distancia, todo ello en una única pantalla de rayos catódicos. El diseño del tubo fue desarrollado por el ingeniero R.S. Budanov.

 

Como ingeniero principal representando al NII VVS fue asignado el ingeniero militar E.S. Shtéyn.

 

La evacuación de los institutos y fábricas hacía el Este creó enormes dificultades a la hora de desarrollar y fabricar los radares “Gneys-2”.

 

Para acelerar la creación del radar, sus equipos se fabricaban en base a bocetos de sus principales bloques y usando el esquema principal general. Sin exagerar para nada podemos afirmar que durante los años de la guerra éste proyecto fue el más complejo y difícil de los desarrollados por el NII. La creación del radar en las citadas condiciones requería un enorme esfuerzo por parte del personal implicado para lograr el éxito en la creación del radar.

 

A finales de 1941 el primer ejemplar de vuelo del radar “Gneys-2”, con una longitud de onda de 1,5m y con potencia de salida de 10kW (duración del pulso 2-2,5µs y frecuencia de 900Hz) fue ensamblado, y en enero de 1942 fue instalado en el Pe-2 (versión biplaza) para pasar las pruebas de fábrica. Estas pruebas se organizaron de tal manera que no solamente se pudiera probar la eficiencia del radar, sino a la vez evaluar las capacidades de intercepción del caza y desarrollar la metodología de su uso en combate.

 

 

Una parte de los bloques del “Gneys-2” fue instalada en la cabina del artillero-operador de radio (por eso era biplaza, los equipos ocuparon el espacio), mientras que los órganos de dirección y la pantalla del radar se instalaron en la cabina del navegante, donde ahora se alojaba el operador del radar.

 

Las pruebas se llevaron a cabo en un aeródromo militar, lejos de la base de pruebas del NII VVS y sin disponer de los procedimientos de pruebas desarrollados, por tanto todos los participantes de las pruebas se encontraron con grandes dificultades añadidas. La labor más difícil recayó sobre el jefe de las pruebas V.V. Tijomírov y sobre el ingeniero de pruebas del NII VVS E.S. Shtéyn, quienes desempeñaron el papel de ingenieros de pruebas y también ocuparon los puestos de operadores del radar. Ellos coordinaban al piloto, para que éste guíe el avión hacia el blanco, realizando maniobras de manera más adecuada.

 

 

Se aprecian las antenas receptoras: las inclinadas son las antenas cenitales (canal de altitud), las verticales son antenas azimutales (canal de rumbo)

 

Durante los primeros vuelos enseguida se manifestó la supresión de las señales reflejadas en la zona cercana al avión (zona ciega) por las interferencias del propio transmisor. Las mejoras se introducían de manera inmediata en el mismo aeródromo, el personal estuvo preparado para trabajar las 24h al día. El problema a resolver consistía en reducir los ruidos del transmisor, disminuyendo al mínimo la zona ciega, cuyas dimensiones dependían del periodo del impulso del transmisor. Con el esfuerzo conjunto de los participantes del proyecto se logró reducir la influencia del impulso del transmisor sobre la recepción de señales débiles en la zona cercana al avión.

 

 

 

Otra dificultad con la que se encontraron los ingenieros fue la siguiente: para aumentar la zona activa se tuvo que ampliar el diagrama de direccionamiento de la antena. Debido a esto, a la hora de volar a bajas altitudes, la pantalla del radar se llenaba de interferencias, causadas por el reflejo de las señales reflejadas en tierra. Pero si el avión ganaba altitud, el radar no podía detectar objetivos a nivel del suelo. La altitud mínima, en la cual todos estos problemas desaparecían, era a partir de los 2000m.

 

Otro punto débil era la antena, que al no tener scanner, tenía una amplia zona ciega: el avión enemigo no se veía en un cono de 15-17% respecto al eje del avión. Tras efectuarse numerosos experimentos, todos esos problemas se solucionaron, separando las antenas y ubicándolas en los planos del avión. Dos de las antenas verticales (cenitales) servían para determinar la altitud del objetivo, mientras que otras dos antenas inclinadas servían para determinar el azimut.

 

En mayo de 1942 el Departamento de la Industria Aeronáutica del TsK VKP(b) (Partido Comunista) solicitó al NII VVS un informe sobre el avance de las pruebas de fábrica del radar “Gneis-2”, exigiendo acelerar al máximo los trabajos realizados. S.A. Danílin propuso al jefe de las pruebas de vuelo presentar de manera urgente el informe sobre el grado de avance del proyecto “Gneys-2”….

 

El trabajo del colectivo de ingenieros y probadores dio sus frutos. Se había encontrado la solución aceptable, que permitió reducir significativamente la zona ciega. Las posteriores pruebas en el aire demostraron que el “Gneys-2” era capaz de detectar el avión y mantenerlo controlado en pantalla en todo momento, aproximándose hasta una distancia de 300m.

 

Hemos de destacar el importante papel, desarrollado durante las pruebas de vuelo por el piloto de pruebas de VVS, mayor A.N. Dobroslávskiy.

 

Fruto del persistente y duro trabajo, el radar “Gneys-2” fue perfeccionado y presentado para pasar las pruebas de polígono en el NII VVS.

 

En julio de 1942 en zona de Sverdlóvsk el radar pasó con éxito las pruebas estatales, mostrando los siguientes resultados (buenos para aquel entonces):

 

- Rango de detección de un bombardero: 3.500m (máximo 4km);

- Precisión de guiado por coordenadas angulares (horizontal y vertical): ± 5 °.

 

El 2 de agosto de 1942 el mando del NII VVS aprobó el acta de las pruebas estatales, en el cual se destacaba que “el radar “Gneys-2” es un nuevo tipo de equipo para instalarse en aviones, que permite en condiciones de nula invisibilidad (de noche o en nubes) detectar un avión en el aire y aproximarse a él para atacarlo. “Gneys-2” puede ser empleado con eficacia en PVO, coordinando sus acciones con los radares terrestres. La creación de “Gneys-2” es un gran logro de la industria radioelectrónica soviética, que facilita a nuestro país una nueva y poderosa arma para dotar el sistema de PVO”.

 

Se debe destacar el entendimiento de la gran importancia del trabajo realizado por parte del colectivo del Instituto. El entusiasmo laboral de los ingenieros y trabajadores permitió en estos mismos días, sin esperar la finalización y obtención los resultados de las pruebas, fabricar un lote de 15 radares para dotar los aviones Pe-2 y Pe-3.

 

Estos aviones, dotados de radares “Gneys-2” se usaron por primera vez en combate a finales de 1942 cerca de Moscú, posteriormente un grupo de ellos fue enviado a Stalingrado para interceptar aviones enemigos, que realizaban el suministro al cercado ejército de Paulus.

 

Entre febrero y mayo de 1943 el radar “Gneys-2” se estuvo probándose en combate en zona de Leningrado. El Presidente de la Comisión encargada de llevar a cabo estas pruebas era el Comandante del Cuerpo de Cazas del Ejército de PVO de Leningrado Héroe de la Unión Soviética General-Mayor E.E. Erlykin. Sus segundos fueron el Héroe de la Unión Soviética coronel N.D. Antónov y el ingeniero-mayor E.S. Shtéyn. En las pruebas participaron el jefe del proyecto V.V. Tijomírov, el subcomandante del 24º Regimiento de Cazas de la Guardia el Héroe de la Unión Soviética el mayor V.A. Matsievich y otros.

 

Los resultados de las pruebas de combate se debatieron en el Comité Central del VKP (b) (partido comunista) en junio de 1943 bajo el liderazgo del Segundo Jefe del Departamento de la Industria Aeronáutica N.S. Shimanov. En la discusión participaron: el Jefe del NII VVS general P.A. Losyukov, el general S.A. Danilin, el ingeniero-mayor E.S. Shteyn, el representante del Comisariado Popular de la Industria Eléctrica G.P. Kazanskiy y otros.

 

Tras dicha reunión, a propuesta del mando de VVS y de las tropas de PVO, el radar “Gneys-2” mediante la Resolución del GKO (Comité Estatal de Defensa) del 16 de junio de 1943 fue admitido en el Ejército.

 

En verano de 1943 se tomó la decisión de crear la primera división aérea de interceptores nocturnos, dotados de radares. Al mando de la División fue asignado el experimentado comandante B.V. Vitskiy, y su segundo comandante en asuntos de radares fue nombrado el ingeniero-mayor E.S. Shtéyn.

 

La División Aérea de interceptores nocturnos, dotada de radares “Gneys-2” y de sus correspondientes medios de apoyo terrestre, participó en combate prestando cobertura nocturna sobre el nudo ferroviario Bryansk, en zona de Minsk, en Riga, Lvov, Kovel, Brest, Poznan y Breslau, donde completó su camino bélico. Por los meritos en combate, la división recibió el nombre propio “Breslavlskaya”.

 

Mediante la resolución del GKO relativa a la aceptación del radar “Gneys-2” en el Ejercito, al NII de la Industria Radioelectrónica se le encargó fabricar un gran lote de estos radares. Para lograrlo, se decidió devolver de la evacuación al NII. Las reservas de los bloques y elementos, fabricados por el NII para los radares “Gneys-2”, fueron urgentemente transportadas al NII VVS, donde una brigada de especialistas y trabajadores del NII (desarrollador del radar) y un grupo de especialistas del NII VVS ensamblaban los radares bajo la dirección de V.V. Tijomírov, los instalaban en los aviones y los probaban en el aire, ajustando cada radar para alcanzar sus características exigidas.

 

V.V. Tijomirov

 

El Jefe del Estado Mayor de IA PVO (Aviación de Caza de PVO) general S.A. Pestov (Pestov posteriormente estuvo al mando de IA PVO y posteriormente era el jefe de la Academia Militar del Aire de Y.A. Gagárin) prestó gran atención y ayuda a la hora de preparar las tripulaciones para los cazas dotados de radares “Gneys-2”. Pestov aprobaba el programa de preparación de las tripulaciones solamente tras realizar numerosos vuelos de intercepción el mismo.

 

Hasta finales de 1944 el Instituto fabricó más de 231 radares “Gneys-2” (no dispongo de datos para el 1943 y 1945).

 

 

A.R. Volpert

 

Representan un interés especial en cuanto a este proyecto las referencias del académico B.A. Vvedensky, que estuvo colaborando con el NII después de la muerte de Bonch-Bruévich (marzo 1940). En enero de 1944 Vvedensky manifestó su evaluación del radar “Gneis-2” de siguiente manera:

 

“El trabajo de investigación, realizado a la hora de crear este dispositivo, merece una muy alta valoración. Es obvio que la creación y el diseño de un radar para ser instalado en un caza es una de las tareas más complicadas dentro del campo de construcción de radares. Las dificultades no solamente se derivan de la necesidad de crear todo el equipo con el mínimo peso y dimensiones, lo que en sí ya es bastante difícil, sino quizás aun más difícil es crear las antenas que trabajen de manera eficaz en condiciones más duras y que garanticen una buena calidad de funcionamiento, a pesar de los efectos distorsionadores que provocan el fuselaje del avión, los planos, las hélices, etc. Al mismo tiempo estas antenas no deben interferir en la aerodinámica del avión. Además, en este radar llama la atención el original diseño de la pantalla circular, que mediante un tubo osciloscópico permite determinar con la máxima facilidad y claridad todos los parámetros que representan el interés para el operador del radar: la distancia hasta el objetivo y su posición respecto al avión interceptor (derecha-izquierda, arriba-abajo).

 

Esta tarea, así como la tarea de diseñar el transmisor y el receptor, fue resuelta de manera brillante. También cabe señalar la facilidad de montaje de este radar en los aviones, que fueron diseñados sin tener en cuenta la futura instalación de los radares”.

 

Otro modelo de avión donde se instalaron los radares “Gneys-2” fue el A-20, suministrado a la URSS bajo el programa Lend-Lease.

 

El “Boston” era veloz, maniobrable, tenía equipo de navegación y de pilotaje moderno, que facilitaba los vuelos nocturnos o a ciegas, mientras que su espaciosa cabina permitía ubicar fácilmente los bloques y partes del radar y equipar debidamente los puestos del operador del radar y del navegante. Para valorar las posibilidades del radar en un “Boston” y para elaborar métodos de trabajo coordinado con los radares terrestres, entre el 27 de enero y 20 de junio de 1943 fueron efectuadas las pruebas el avión “Boston-III” dotado del radar “Gneys-2” y del identificador “amigo-enemigo”.

 

El piloto en jefe del NII VVS mayor Sájarov realizó 51 vuelos, y en base a los resultados obtenidos fueron desarrolladas las instrucciones del empleo del radar y determinadas las tácticas básicas de intercepción. El éxito del ataque dependía en gran medida de la cohesión y nivel de entrenamiento de la tripulación. El navegante, recibiendo órdenes de guiado desde tierra tenia que guiar la aeronave hacia la zona donde se encontraba el objetivo, el cual quedaba al alcance del radar “Gneys-2”. Tras detectar el avión enemigo, el operador del radar daba órdenes al piloto para efectuar la aproximación y para luego abrir el fuego. La experiencia del operador del radar y sus habilidades tenían una importancia especial, porque durante el uso del radar se exigía realizar ajustes durante el vuelo.

 

Tal y como mostraron los resultados de las pruebas, lo mejor era realizar ataques desde la semiesfera trasera, dado que en estos casos las intercepciones alcanzaban el éxito en un 80% de los casos. En rumbos de colisión la eficacia era significativamente inferior, porque la alta velocidad de aproximación en estos rumbos y el corto alcance del radar dejaban poco tiempo para que el piloto pudiera maniobrar y apuntar de nuevo. En caso de fallar en el primer ataque, debido al gran radio del viraje del “Boston” el piloto perdía el objetivo y difícilmente lo podía volver a localizar por sus propios medios. Por tanto una importantísima condición para lograr el éxito en una intercepción nocturna era la habilidad del oficial que efectuaba el guiado desde el radar terrestre.

 

En julio de 1943 mediante la orden personal de Stalin se comenzaron a formar las divisiones de cazas nocturnos. En aquel momento ya se estaba produciendo el suministro masivo de los “Boston” en versión A-20G-1, que era la más apropiada para instalar los “Gneys-2”: por su velocidad no eran inferiores al Pe-2, pero a diferencia de este último tenían un potente armamento frontal, formado por 4 cañones de 20mm y 2 ametralladoras de 12,7mm.

 

La transformación de los “Boston” y la instalación de los radares “Gneys-2” se realizaba en la fábrica ¹81, ubicada en Mónino (cerca de Moscú). Esta fábrica se especializaba en la reparación y modernización de los aviones de importación. Allí en el compartimiento tras la cabina del piloto se instalaban los bloques del radar, en la cabina trasera se instalaba la pantalla del radar con el panel de mando, mientras que en la parte de cola se instalaban los equipos para el navegante. En la bodega de bombas se instalaban soportes para el depósito de combustible adicional (1036L). El armamento defensivo, compuesto por dos ametralladoras en la cabina trasera (normalmente en la URSS el armamento de los Boston se reforzaba) no sufría modificaciones, dado que para un caza nocturno era suficiente. Tras instalarse y ajustarse el “Gneys-2”, el radar era probado en el aire por los propios ingenieros.

  

 

  

Una de las agrupaciones que recibieron estos aviones fue una de las que formaban la ADD (aviación de largo alcance), la 56ª División Aérea de Cazas de Largo Alcance. En ella pasaron a formar parte 2 regimientos aéreos especiales (APON). Anteriormente estos regimientos estuvieron luchando usando bombarderos y tenían personal de vuelo (pilotos, navegantes y operadores de radio) que encajaba bien para dotar unidades de cazas nocturnos. El 45º regimiento del mayor Kuznetsov, que anteriormente formaba parte del 17º Ejercito del Aire, tenia experiencia en vuelos con los “Boston”, mientras que el 173º regimiento del mayor I.F. Presnyakov, transferido desde la estructura de VVS de la circunscripción militar de Moscú, anteriormente pilotaba los “SB” y IL-4, realizando vuelos nocturnos para suministrar cargamentos a los partisanos. Estas unidades sufrieron bajas importantes en los combates anteriores (en el 45º SBAP solamente quedaban 10 tripulaciones en servicio). Estos regimientos fueron reforzados por pilotos de GVF (Flota Aérea Civil) y por los ases de la Aviación Polar, con gran experiencia en vuelos nocturnos y en condiciones meteorológicas complejas. Uno de ellos fue el famoso piloto de aviación polar, conocido antes de la guerra: podpolkovnik Kuznetsov. Le pusieron al mando de la división en diciembre.

 

Todo el personal que tendría acceso a la alta tecnología (los radares eran calificados como “tecnología de alto secreto”) pasaron una rigurosa selección, realizada por los agentes del NKVD.

 

La formación de los regimientos se efectuaba en régimen especial (32 aviones de combate y 39 tripulaciones). La formación de las tripulaciones se efectuaba en Ryazhsk (cerca de Ryazan). Muchos pilotos desconfiaban del “Boston” por tener tren triciclo. Por eso la asimilación de los A-20 se tuvo que comenzar realizando vuelos con los B-25, los cuales tenían una cabina de piloto biplaza (el “Boston” tenía 1 solo asiento del piloto). El despegue y el aterrizaje del “Boston” eran muy fáciles, para preparar al piloto normalmente bastaba con realizar 2-3 vuelos de entrenamiento. Por consiguiente esto era una ventaja frente al Pe-2 a la hora de realizar vuelos nocturnos, dado que este último era más difícil de pilotar.

 

Una dificultad imprevista fue derivada del hecho que toda la documentación estaba en inglés. En los regimientos soviéticos nadie hablaba ingles, y por otro lado no se podía recurrir a la ayuda de los instructores americanos, dado que los radares eran secretos. Más adelante desde Moscú se enviaron manuales traducidos al ruso.

 

Como es obvio, a la hora de preparar el personal se prestó especial atención al estudio del radar “Gneys-2”. Los ingenieros del NII, enviados a la división, organizaron allá mismo una escuela de preparación de operadores del radar. Para efectuar las prácticas (y no arriesgarse en estrellar los aviones dotados de “Gneys”) se fabricó un simulador del “Gneys”. En los regimientos aéreos introdujeron los llamados “pelotones radarizados”, dotados de los radares terrestres “Redut” y más tarde con radares “Biryuizá” (eran una versión emparejada del radar P-2 con un alcance de 150-160km). Del servicio de apoyo de radar se encargó el ingeniero-capitán E.S. Shtéyn (segundo comandante de la división).

 

Los radares eran alto secreto. Las tripulaciones tenían prohibido (bajo amenaza de tribunal de guerra) sobrevolar la línea del frente. Además, quedaba prohibido abandonar el avión tras efectuar el aterrizaje hasta el momento que llegaba el pelotón de guardia especial. Además, hubo la prohibición de acercarse a los “Boston” con radar (“Gorgueras”, como los llamaron, debido a las antenas) para los pilotos y personal técnico de otras unidades de vuelo.

 

El secretismo que envolvía a estas unidades dotadas de radar llamaba la atención, y las unidades quedaban localizadas por el enemigo. Los regimientos especiales atraían la atención de los servicios de inteligencia alemanes, cuyos agentes plagaban los recién liberados territorios soviéticos. Tras trasladarse a los nuevos aeródromos y pasar tan solo varios días, la actividad de la aviación alemana en la zona durante la noche se reducía drásticamente (en cualquier caso, el efecto era positivo, porque en la guerra no importa tanto eliminar físicamente al enemigo sino hacer que deje de usar sus medios en un determinado momento).

 

En general, la eficacia de estas unidades nocturnas era baja. Para ser justos hemos de decir que los americanos e ingleses tampoco alcanzaron resultados satisfactorios (recordemos que ellos también transformaron el “Boston” en un caza nocturno, instalándole el radar AI Mk.IV ingles o su análogo americano SCR-720. En total se fabricaron 269 unidades de ambas versiones que solamente se usaron en el Pacifico). Los resultados fueron decepcionantes: los R-70 (versión radarizada del “Boston”) en toda la guerra apenas efectuaron 10 intercepciones exitosas, y todos los R-70 pasaron a las unidades de entrenamiento.

 

Volviendo a los soviéticos. Durante la guerra se introdujeron mejoras en las unidades nocturnas, tanto en sentido organizativo (cooperación con otros medios de PVO) como suministrando nuevos radares. Los pelotones radarizados recibieron el nuevo radar P-2M soviético y el SCR-527A y AN/TPS-3A americano. Cada pelotón radarizado podía desplegar hasta 3 puestos terrestres, intercomunicados entre si, y cubrir de esta manera grandes zonas alrededor de un objetivo dado. Los operadores de estos grupos de radares efectuaban un continuo seguimiento de un objetivo dado, intercambiando datos de una zona de responsabilidad a la otra.

 

En invierno de 1945 la 56ª División prácticamente no efectuaba misiones de combate, limitándose a realizar vuelos de entrenamiento y de patrulla. La línea del frente se desplazó lejos hacia el occidente, y los alemanes dejaron de realizar vuelos nocturnos. En esta época el 45º APON estaba emplazado en los aeródromos Ozero y Machulishe, cubriendo a Minsk, mientras que el 173º APON estuvo en Gorodok (zona de Lvov).

 

La situación cambió en marzo de 1945, cuando en la zona de Breslau quedó cercado un gran grupo de tropas alemanas. El enemigo estableció un puente aéreo, suministrando por las noches a sus cercadas tropas equipos y municiones (lanzándolas en paracaídas y usando planeadores de carga). Estos venían hacia la ciudad desde todas las direcciones, y la AAA soviética no era capaz de cubrir todos los accesos a la ciudad ni garantizar una cobertura exigida.

 

En la zona estaba emplazada la 56ª IAD, en aquel momento estando al mando del podpolkovnik B.V. Bitskiy, un enérgico y eficiente jefe a la par que un excelente piloto. Hasta finales de la guerra Bitskiy tenía acumuladas 6.216 horas de vuelo, de las cuales 688 fueron por la noche. Bitskiy propuso al mando del 18º Ejercito del Aire emplear a sus cazas nocturnos y exigió que le encomendasen la misión de efectuar un bloqueo aéreo total de la agrupación alemana. Para ello, al aeródromo Rudniki (zona de Chenstojov) se trasladó el 173º APON. Para controlar el espacio aéreo alrededor de Breslau se desplegaron dos puestos de radar a 3 y 15km al norte y al oeste de la ciudad.

 

En 10 días el regimiento realizó 65 vuelos de patrulla, en los cuales fueron derribados dos planeadores de desembarco. Estos fueron derribados por la tripulación del st. leytenant Lesnyak en condiciones muy similares: en la oscuridad de la noche el operador del radar guiaba el avión con tal precisión, que el piloto detectaba visualmente al objetivo a una distancia incluso inferior a la que se necesitaba para abrir fuego con precisión. Al ser atacados, los aviones remolcadores desenganchaban enseguida el cable que arrastra el planeador e intentaban escapar, mientras que el caza lo tenía bastante fácil para derribar los planeadores cargados a tope y sin posibilidad de maniobrar.

 

Los resultados de estos combates nocturnos resultaron ser esperanzadores, y para reforzar el bloqueo aéreo al aeródromo de Sroda (zona de Chenstojov) fue enviado el 45º regimiento. A la red de radares terrestres, desplegada en 4 puntos alrededor de Breslau, se incorporaron los recién fabricados radares P-3.

 

En un mes y medio en la zona de Breslau los regimientos realizaron 246 vuelos de combate nocturnos. En 68 de ellos los pilotos lograron detectar el objetivo (11 veces guiados desde radares terrestres y posteriormente empleando el “Gneys-2”, 8 veces durante la búsqueda libre usando solamente “Gneys-2”, en 15 casos con ayuda de los reflectores antiaéreos y en los restantes casos visualmente con la iluminación natural). Los cazas efectuaron 13 combates aéreos, en los cuales la tripulación del capitán Kaznov derribó 2 He-111, mientras que el leytenant Shesterikov derribó un planeador de desembarco.

 

En muchos de los casos el encuentro con los interceptores soviéticos obligaba a los pilotos de los aviones de transporte a desenganchar el cable que remolcaba los planeadores lejos de la ciudad, o a abortar directamente su misión. El nerviosismo a veces obligaba a lanzar a los paracaidistas y las cargas sea donde sea. Como resultado, centenares de paracaidistas con todo su equipo aterrizaban en manos de las tropas soviéticas.

 

Un interesante sistema tecnológico que se estuvo usando en la 56ª IAD fue el equipo de comunicación por televisión RD-1 (no confundir con el sistema de retransmisión por televisión de información de los radares al puesto central de PVO en Leningrado). En la pantalla del RD-1, instalada en la cabina del caza, se transmitían imágenes desde el radar terrestre, combinadas con la imagen del mapa del terreno de la zona. Así mismo en la pantalla se visualizaba la posición actual del caza y del objetivo a interceptar. Gracias a este sistema el navegante del avión era capaz de determinar sin ayuda externa la posición exacta del avión, la posición del avión respecto al objetivo y determinar su rumbo. El RD-1 resultó ser totalmente fiable y su pantalla mostraba datos que se entendían con facilidad.

 

Otra novedad tecnológica empleada en Breslau fueron los puestos de mando aéreo, montados en los aviones de transporte C-47 y dotados de radares (dos aviones en división).

 

Los cazas y los puestos de mando funcionaban en estrecha coordinación con el puesto de mando de PVO, avisando al personal de artillería antiaérea sobre la aparición de los aviones enemigos, y guiándolos hasta la entrada en la zona de cobertura antiaérea. Los radares de artillería antiaérea permitían a las baterías antiaéreas a disparar con mucha precisión. Por cada avión expulsado de la zona se gastaba 20-25 veces menos de proyectiles antiaéreos en comparación con aquellos casos cuando los radares antiaéreos no intervenían y se abría el fuego de barrera.

 

A pesar de que se derribaron pocos aviones por los cazas nocturnos, el bloqueo aéreo, efectuado por las tripulaciones de los cazas nocturnos y el personal de PVO resultó ser muy eficaz. Los alemanes se vieron obligados a reducir drásticamente los suministros a sus tropas cercadas, y el 7 de mayo la guarnición de Breslau capituló. Por los meritos logrados en combate, 16 pilotos, navegantes y operadores de radares de la 56ª División recibieron órdenes, mientras que la propia división recibió el nombre de honor “Breslavskaya”.

 

Por el desarrollo del radar “Gneys-2” los ingenieros V.V. Tijomirov, A.S. Budanov, A.R. Volpert fueron galardonados en 1944 con el Premio de Stalin.

 

En 1944 se fabricaron 231 radares «Gneys-2» y «Gneys-2M» (el articulo sobre este ultimo estará publicado en la sección correspondiente. Esta versión del “Gneys” se desarrolló para la VVS VMF (Aviación Naval) y era capaz de detectar tanto aviones como barcos).

 

El final de la guerra fue encontrado por la 56ª IAD en la ciudad alemana Brig (tras la guerra esta zona pasó a formar parte de Polonia y la ciudad se comenzó a llamarse Bzheg). En 1947 la división recibió los Tu-2 dotados de radares “Gneys-5”, mientras que los “Boston” fueron devueltos a los americanos (desmontando previamente todos los equipos relacionados con el radar).

 

A-20G-1 con radar “Gneys-2”

 

3 = antenas emisoras del “Gneys-2”

7 = bloques del radar “Gneys-2”

19 = puesto del navegante

21 = puesto del operador del radar

 

 

A-20G-1 en la fábrica ¹81. Este avión esta dotado del radar experimental “Gneys-3”

 

Se aprecian en el plano las antenas emisoras del “Gneys-2”

  

Antenas receptoras: las inclinadas son las antenas cenitales (canal de altitud), las verticales son antenas azimutales (canal de rumbo). 

 

Fuentes:

 

1) M.M. Lobanov: “El comienzo de la era de los radares soviéticos”;

 

2) M.M. Lobanov: “El desarrollo de los radares soviéticos”

 

3) Aleksandr Medved, Viktor Markovskiy: "Cazas radarizados del Ejército Rojo"

 

4) Otras que se indican en el texto

 

HR_Crash / HR_Torero

 

 

 

 

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