INTRODUCCIÓN
La Gran Guerra Patria
contra la Alemania fascista y sobre todo su período inicial, fue una
dura prueba para el pueblo soviético y sus Fuerzas Armadas. Al empezar
el ataque a la Unión Soviética, el mando fascista alemán había
concentrado en sus fronteras 190 divisiones con sus efectivos completos,
muy bien pertrechadas en el aspecto técnico y perfectamente preparadas,
con 3.500 tanques y más de 50.000 cañones y morteros. En cuanto a las
Fuerzas Aéreas, Alemania y sus aliados disponían de casi cinco mil
aparatos de combate. En las direcciones de los golpes principales, la
superioridad del enemigo era tal que sus fuerzas y medios resultaban
cuatro o cinco veces mayores que las de la Unión Soviética.
Al amanecer del 22 de junio
de 1941, las tropas fascistas alemanas, sin que hubiera sido declarada
la guerra, lanzaron sobre la URSS potentes golpes de aviación,
artillería y tanques. Lo imprevisto y artero de la agresión colocó en
una situación difícil a nuestras tropas terrestres, marina de guerra y
aviación. Los ataques masivos de la aviación alemana a los aeródromos,
guarniciones militares, nudos ferroviarios y poblaciones en las primeras
horas de la guerra, ocasionaron enormes pérdidas en hombres, medios
materiales y técnica de guerra, comprendidos aviones. Fue interrumpida
la dirección y comunicación entre las guarniciones fronterizas y las
agrupaciones y grandes unidades de tropas terrestres y aviación. La
aviación alemana se apoderó de la iniciativa en el aire y con ello creo
condiciones favorables a las grandes unidades blindadas y motorizadas
para la rápida penetración y avance en lo profundo del territorio
soviético.
El enemigo atacó nuestro
país en un momento en que las Fuerzas Aéreas de las regiones militares
de la frontera occidental efectuaban una reorganización, se les
pertrechaba con nuevo material y se realizaban grandes obras de
construcción y reconstrucción de aeródromos. Las unidades de aviación
contaban aún con un gran número de tipos de aviones anticuados.
Y en esa situación, tan
difícil y complicada, la aviación soviética tuvo que empezar las
operaciones militares, viéndose obligada a cumplir unas cuantas tareas a
la vez: luchar encarnizadamente contra la aviación enemiga, atacar a sus
columnas blindadas y motorizadas, actuar contra los objetivos
industriales y centros administrativos y políticos de la Alemania Nazi y
realizar vuelos de reconocimiento.
El personal de las unidades
y agrupaciones de las Fuerzas Aéreas, educado por el Partido Comunista,
de gran firmeza moral y fiel sin límites a la Patria Socialista, dio
muestras de enorme valentía, audacia e intrepidez en los encuentros
encarnizados con un fuerte y experimentado enemigo. Durante los combates
defensivos de las tropas terrestres y en su obligada retirada en las
direcciones de Kíev, Leningrado y Moscú, en el verano y otoño de 1941,
la aviación soviética desgastó y causó grandes pérdidas a las tropas y
la aviación enemigas.
En el invierno de 1941-42,
con una activa cooperación de la aviación, el Ejército Rojo asestó la
primera gran derrota a las tropas alemanas en la Segunda Guerra Mundial
y las hizo retroceder hasta 350 km hacia el oeste. Gracias a esta
victoria fue frustrado definitivamente el plan de guerra “relámpago” del
mando alemán y disipada la leyenda de la invencibilidad del ejercito
fascista alemán y de su aviación. En la histórica Batalla de Moscú,
nuestra aviación prestó una gran ayuda a las tropas terrestres,
consiguió el dominio del aire y en cooperación con las tropas de la
defensa antiaérea protegió con firmeza el cielo de Moscú. La derrota de
las tropas fascistas alemanas en las proximidades de Moscú, constituyó
el principio del viraje radical en el curso de la guerra.
Las siguiente operaciones
de la aviación, en el verano y otoño de 1942, también se llevaron a cabo
en condiciones desfavorables. Las Fuerzas Armadas de los E.E.U.U. e
Inglaterra no realizaban acciones enérgicas contra Alemania, lo que fue
aprovechado por las tropas fascistas para desplegar la ofensiva, con
grandes contingentes de tropas, contra el Ejército Rojo en el ala
meridional del frente. No obstante, a pesar de la enorme superioridad
del enemigo en hombres y medios, las tropas soviéticas lograron contener
en duros combates a las unidades fascistas a las orillas del Volga y en
el Cáucaso septentrional y ganar con ello el tiempo necesario a fin de
preparar las condiciones para emprender una resuelta ofensiva.
Gracias a los esfuerzos sin
precedentes de los trabajadores de la retaguardia soviética, en el
período que media entre diciembre de 1941 y 1942, la producción de tipos
de aviones aumentó en 3.3 veces y la de motores en 5.4 veces. Esto
permitió, además de reponer las pérdidas de aviones, acrecentar su
número y mejorar la composición cualitativa de la aviación y a partir de
mayo de 1942, iniciar una reorganización cardinal: formar ejércitos
aéreos de los frentes, divisiones de aviación homogéneas y cuerpos de
aviación para la reserva del Alto Mando Supremo. En marzo de 1942 la
aviación lejana fue transformada en la aviación de largo alcance. El
nuevo sistema de formación de las unidades y grandes unidades de
preparación y reentrenamiento del personal de vuelo y técnico, que había
sido implantado al empezar la guerra y perfeccionado posteriormente,
permitió cumplir con éxito las tareas planteadas por el Alto Mando
Supremo, cuya finalidad consistía en reforzar las Fuerzas Aéreas.
A la vez que se producía en
serie la nueva técnica de aviación y era asimilada por el personal, el
mando, los estados mayores y el personal de vuelo y técnico de las
Fuerzas Aéreas adquirieron experiencia en la organización y realización
de la actividad combativa. La aviación del frente desplegó una actividad
mucho mayor y redobló sus ataques a las tropas y los aeródromos
enemigos. En la dirección del litoral actuaba la aviación de la Marina
de Guerra. La aviación de bombardeo de largo radio de acción atacaba los
objetivos de la retaguardia profunda y las tropas en el campo de
batalla. Para mediados de noviembre de 1942 fueron creadas las premisas
necesarias que debían imprimir un viraje radical a favor de la Unión
Soviética en el curso de la guerra.
En el segundo período de la
guerra (19 noviembre 1942 – diciembre 1943), nuestras tropas cercaron y
destruyeron una agrupación de tropas fascistas alemanas con 300.000
hombres en las proximidades de Stalingrado, causaron cuantiosas pérdidas
a las tropas hitlerianas en la Batalla de Kursk y después liberaron las
tierras ucranianas en la margen izquierda del Dniéper. La victoria del
Ejército Rojo en las cercanías de Kursk fue uno de los acontecimientos
decisivos que ejercieron enorme influencia en el desenvolvimiento y
desenlace exitoso de la Gran Guerra Patria y de toda la segunda
conflagración mundial.
En la contraofensiva de
Stalingrado y en los combates del Kubán, la aviación la aviación
soviética causó enormes pérdidas a la aviación fascista alemana y
después, en la Batalla de Kursk, se apoderó definitivamente del dominio
del aire en todo el frente germano-soviético hasta el final de la
guerra, lo que aseguró en lo sucesivo la posibilidad de que las tropas
terrestres realizaran casi simultáneamente operaciones ofensivas en
varias direcciones.
El abnegado trabajo del
pueblo soviético en la retaguardia contribuyó en gran medida a los
éxitos del ejército soviético en los frentes de la guerra. En 1943,
nuestra industria construyó 34.000 aviones y en 1944, 40.000. El
suministro al frente de grandes cantidades de aparatos aumentó el parque
de aviones de las Fuerzas Aéreas. Se alcanzó la superioridad
cuantitativa y cualitativa en la técnica de aviación sobre el enemigo.
El segundo período de la
guerra constituyó para las Fuerzas Armadas Soviéticas un nivel más
elevado del arte operativo y de la táctica de los tipos de aviación,
siendo un período de acumulación y perfeccionamiento de la experiencia
combativa del personal de vuelo, técnico y de mando. Todo esto
contribuyó al empleo más exitoso de la aviación en las operaciones de
las tropas terrestres, al perfeccionamiento de una ágil dirección de las
unidades y grandes unidades de aviación y de la conducción más eficiente
de la lucha contra la aviación enemiga.
En el tercer período de la
guerra, que comprende las operaciones realizadas por el Ejército Rojo en
1944 y 1945, las Fuerzas Aéreas Soviéticas dominaron de manera
incompartida el aire y prestaron un gran apoyo a las tropas terrestres y
a la Marina de Guerra en el logro de sus victorias decisivas contra el
enemigo. Este período se caracterizó por la participación de enormes
fuerzas de aviación en las operaciones ofensivas.
Durante la guerra, las
Fuerzas Aéreas Soviéticas recorrieron un difícil, pero glorioso camino.
Su personal cumplió con éxito las tareas planteadas y se templó en duros
combates, adquiriendo una rica experiencia en la organización,
conducción y aseguramiento de las acciones combativas de los diversos
tipos de aviación en las complicadas condiciones de la situación.
El Partido Comunista, el
Gobierno Soviético y el Alto Mando Supremo, elevaron en la forma
merecida los méritos combativos de la Fuerza Aérea Soviética. Iosif
Stalin, siendo el Comandante del Alto Mando Supremo, señaló en su orden
del 19 de agosto de 1945 que “en la Gran Guerra Patria del Pueblo
Soviético contra la Alemania fascista, nuestra aviación cumplió con
honor su deber con la Patria. Los gloriosos halcones de nuestra patria
destruyeron a la cacareada aviación alemana en encarnizados combates,
con lo que aseguraron la libertad de acción del Ejército Rojo y
protegieron a la población de nuestro país de los bombarderos enemigos.
Conjuntamente con todo el Ejército Rojo, asestó golpes demoledores al
enemigo, aniquiló sus tropas y destruyó su maquinaria. Las hábiles
acciones de nuestra valerosa aviación contribuyeron en todo momento al
éxito de las tropas terrestres y coadyuvaron a la derrota definitiva del
enemigo.”
El presente volumen es un
breve ensayo histórico-militar consagrado a las acciones combativas de
las Fuerzas Aéreas en las grandes operaciones de la Gran Guerra Patria.
La publicación de este trabajo contribuirá al mejoramiento ulterior de
la preparación y educación de los aviadores soviéticos y de la juventud
en el espíritu de ilimitada fidelidad al Partido Comunista y a la Patria
Socialista, aun estudio más profundo y a un mejor aprovechamiento de la
experiencia de la pasada guerra y a la ampliación de la propaganda de
las tradiciones combativas de las Fuerzas Aéreas. |