En la practica se había
demostrado, que la estructura organizativa de las Fuerzas Aéreas (VVS) y
su dependencia del mando de las tropas terrestres, sobre todo en el caso
de la Aviación de Frente (FA), no permitían aprovechar el alto potencial
y las capacidades de maniobra de las Fuerzas Aéreas, y creaban
dificultades a la hora de concentrar sus fuerzas en las principales
direcciones estratégicas durante las operaciones ofensivas o defensivas,
llevadas a cabo por las tropas terrestres.
Los antecedentes de esta
desfavorable situación tienen orígenes en el periodo previo al comienzo
de la guerra, cuando se estaba formando la doctrina de la Aviación de
Frente (FA) y cuando sus unidades y agrupaciones dejaron de depender
directamente del mando central de VVS y pasaron a depender del mando
terrestre.
Por ejemplo, según la
Instrucción Interina para las fuerzas Aéreas de RKKA del año 1936, en el
caso de un hipotético conflicto se había previsto concentrar, como norma
general, a las unidades y agrupaciones aéreas bajo el Mando del Frente y
utilizarlas para prestar el apoyo a un determinado Ejército de Tierra
[1].
Esta dependencia directa de
las unidades y agrupaciones aéreas de los mandos terrestres, en el caso
de necesidad, daba la posibilidad de concentrar el esfuerzo de la
Aviación de Frente en la dirección principal, en la cual actuaban tropas
terrestres en el marco de un determinado Frente. Pero por otro lado,
esta estructura imposibilitaba, o al menos, dificultaba seriamente la
maniobra de dichas unidades y agrupaciones aéreas entre varios Frentes.
Un año más tarde y en base a
la experiencia, obtenida durante las maniobras aéreas de RKKA, se llegó
a la conclusión de la necesidad de reorganizar la estructura para poder
lograr una “adecuada coordinación de acciones”, asignando parte de la
aviación bajo mando directo del mando terrestre; respectivamente, el
papel de los mandos de los Frentes en este caso se limitaba a coordinar
a las fuerzas aéreas disponibles en el marco de un “objetivo común en la
lucha por el dominio aéreo y la prestación de apoyo durante operaciones
ofensivas”. [2]
Semejante distribución de
las fuerzas de la Aviación de Frente (FA) entre los ejércitos terrestres
no solamente dificultaba la organización y la realización de las
maniobras entre los Frentes, sino también limitaba la maniobrabilidad en
las dependencias del mismo Frente, es decir, entre los ejércitos que lo
formaban parte. Dicha tendencia de dispersar a las fuerzas aéreas entre
los ejércitos terrestres dentro del mismo Frente fue incrementada
durante la guerra Soviético-finlandesa (1939 – 1940).
Fue en aquel entonces cuando
fueron formadas las Fuerzas Aéreas de los Ejércitos terrestres (VVS de
Ejercito) y Fuerzas Aéreas de los Frentes (VVS de Frente), asignándoles
respectivamente el 49% y 36% de los recursos disponibles del Frente [3].
A efectos prácticos, la dirección de las unidades y agrupaciones de VVS
pertenecientes a los ejércitos terrestres durante las operaciones
bélicas llevadas a cabo por ellos en algunas ocasiones era efectuada por
los comandantes de los cuerpos de fusileros [4].
A pesar de la evidente
ineficiencia de estas medidas, la conclusión sacada al final de la
guerra fue bastante optimista. En el informe definitivo, dirigido al
Consejo General Militar de RKKA del día 19 de marzo de 1940, el
Comandante de VVS destacó: “sin lugar a dudas, se había demostrado la
necesidad de clasificar parte de las unidades de VVS, por un lado, como
Aviación de Ejercito, que seria especialmente destinada a coordinar sus
acciones con las tropas terrestres, y en segundo lugar, como la Aviación
Operativa, que debería actuar en beneficio de una operación concreta y
en beneficio de la guerra en general” [5].
Estas y otras conclusiones
similares fueron los pilares para adoptar una decisión de integrar una
parte de las divisiones de la Aviación de Frente (FA) en la estructura
de los ejércitos terrestres en los tiempos de guerra. Para lograr una
coordinación táctica con las tropas de cada ejercito terrestre, que
actuaría en la principal dirección estratégica, estaba previsto asignar
entre 2 y 3 divisiones aéreas mixtas (SAD); para otros ejércitos
terrestres [6] que actuarían en direcciones de importancia secundaria,
se preveía asignar una división aérea (AA – Aviación de Ejercito). Los
recursos restantes quedarían en disposición de los mandos del Frente
(Aviación de Frente o Grupo Aéreo de Frente, es decir, VVS del Frente) y
utilizarlos para resolver tareas a nivel operativo, cubriendo las
necesidades del Frente.
Según el punto de vista del
periodo de tiempo previo a la guerra, en un frente se planificaba
disponer de 15 a 30 divisiones aéreas de FA (Aviación de Frente) y AA
(Aviación de Ejercito), que llegarían a sumar entre 2.700 y 9.000
aviones [7]. El peso relativo del parque de aviones de AA tenía que
alcanzar entre 50 y 55%, y el parque de aviones de FA entre 45 y 50% de
todos los aviones disponibles en el Frente. A efectos prácticos, al
comienzo de la guerra el peso de los aviones disponibles en AA resultó
ser algo inferior a lo planificado (en las circunscripciones militares
fronterizas era de 45,5%).
Implementar esta idea,
consistente en integrar parte de las fuerzas de la FA en la estructura
de los ejércitos terrestres para lograr una estrecha coordinación con
sus tropas en el campo de batalla, solo sería posible en el caso de
disponer en el frente (circunscripción militar) de una agrupación aérea,
dotada de la suficiente cantidad de divisiones y aviones acorde a la
doctrina existente antes de la guerra (según lo dicho anteriormente, de
15 a 30 divisiones aéreas, de 2.700 a 9.000 aviones).
Solamente en este caso seria
posible crear en cada uno de los frentes unos potentes grupos aéreo,
tanto de AA como de FA. Pero en la practica no pudo ser: incluso en las
circunscripciones militares más poderosas por su dotación de VVS, como
la Circunscripción Militar de Kiev o la Circunscripción Militar
Occidental Especial, a fecha del comienzo de la guerra solamente había 9
y 8 divisiones aéreas, respectivamente.
En otras circunscripciones
militares occidentales fronterizas este indicador era aun más bajo (en
VVS de la Circunscripción Militar de Leningrado había 6, en la de Odessa
y la Báltica había 5 en cada una); además, desde el comienzo de la
guerra y en los meses posteriores, a causa de las bajas sufridas este
indicador iba disminuyendo, lo que hizo crecer la proporción de fuerzas
a favor de las Fuerzas Aéreas de los Ejércitos.
Por ejemplo, al comienzo del
año 1942, en los nueve ejércitos del Frente Occidental había 29
regimientos aéreos y 8 escuadrillas aéreas especiales, mientras que en
la Aviación de Frente solamente había 6 regimientos y 1 escuadrilla. El
peso de los aviones disponibles de AA era dominante, el 83%, mientras
que el peso de FA era de 17% de regimientos aéreos.
La distribución de las
fuerzas en el Frente de Kalinin era similar. Hay que destacar que en
caso del enemigo, solamente un 15% de las fueras aéreas formaban parte
de los ejércitos de campo; el resto formaban parte de las Flotas Aéreas,
que estaban bajo mando directo del Mando General de las Fuerzas Aéreas y
realizan misiones bélicas solamente a nivel de coordinación operativa
con las agrupaciones terrestres.
En el caso alemán, esta estructura
facilitaba de manera muy significativa la organización y la realización
de las maniobras a lo largo del frente y posibilitaba concentrar las
principales fuerzas de la Luftwaffe en un lugar y momento adecuados para
prestar el apoyo a sus tropas terrestres, dado que no era necesario
crear grandes reservas aéreas para dirigir el esfuerzo de una dirección
a otra.
La concentración de una
buena parte de los recursos aéreos de VVS RKKA en los ejércitos
terrestres durante el primer año de la guerra significó una dispersión
de recursos e impedía una dirección centralizada de las fueras aéreas y
su concentración para utilizarla de forma masiva en el marco de un
determinado frente.
Al mismo tiempo, el hecho de
asignar a la FA bajo mando del comandante de las tropas del Frente
también tuvo un impacto negativo: a efectos prácticos se había suprimido
la dirección centralizada de las fuerzas aéreas por parte de su
comandante, lo que dificultaba el uso de la aviación de forma masiva en
las direcciones estratégicas, limitando sus posibilidades de tal forma
que no era posible aprovechar todo el potencial bélico y capacidades de
maniobra de FA y AA. Este hecho era mencionado en la Directiva del
Comandante de VVS RKKA General Coronel de las Fuerzas Aéreas P.F.
Zhigarev del 25 de enero de 1942.
En particular, en dicha
directiva se decía: “la utilización de la aviación de los Frentes,
teniendo en cuenta su reducida cantidad numérica, en actualidad es
efectuada de forma inadecuada. Los comandantes de las Fuerzas Aéreas de
los Frentes, en vez de usar la aviación de forma masiva y concentrada en
las direcciones principales para llevar a cabo acciones contra los
objetivos principales y contra agrupaciones enemigas… están dispersando
las fuerzas de la Aviación… en todos los segmentos de los frentes. Esto
se demuestra por la distribución homogénea de las fuerzas aéreas entre
los ejércitos terrestres” [8].
En efecto, si la AA por su
deficiente diseño organizativo y su estructura de mando era incapaz de
maniobrar en el marco de un determinado Frente, y la FA era incapaz de
hacerlo entre varios frentes, entonces, para poder crear una favorable
relación de fuerzas en aquel sector donde el Frente o el grupo de los
Frentes estaban rechazando una ofensiva enemiga o bien cuando estaban en
ofensiva principal, se exigía la intervención de las reservas aéreas del
Mando Supremo (VGK).
De esta manera, los errores
cometidos antes de la guerra a la hora de diseñar la estructura
organizativa y los órganos de dirección (estructura de mando) de la FA
no estaban solventados al comienzo de la guerra, por lo que impedían
aprovechar todo el potencial bélico de las fuerzas aéreas disponibles en
los Frentes, dado que era difícil y en ocasiones imposible concentrarlas
con rapidez en el lugar mas importante para poder cumplir con la máxima
eficacia las misiones bélicas de mayor importancia.
Esta situación exigió crear
reservas aéreas. La necesidad de dichas reservas era más notable, cuanto
más fuerte era la dispersión de las fueras aéreas. Por consiguiente, la
estructura organizativa existente no permitía cumplir misiones bélicas
de gran envergadura utilizando tan solo los medios disponibles: en este
escenario, una parte de la aviación libraba duras batallas, mientras que
la otra parte estaba sin participar en batallas, o bien trabajaba a un
ritmo más relajado, o cumplía misiones de importancia secundaria.
La dispersión de las fuerzas
aéreas entre los ejércitos terrestres se mantenía hasta mayo de 1942, es
decir, hasta la toma de la decisión de agrupar a casi todas las fuerzas
aéreas disponibles en los Frentes [9] en agrupaciones operativas,
llamadas Ejércitos del Aire (VA FA – Ejércitos del Aire de la Aviación
de Frente). Dicha decisión fue tomada gracias a numerosos y argumentados
informes, enviados por varios comandantes de las fuerzas aéreas a los
máximos mandatarios militares del país. En estos informes se hablaba de
la necesidad de centralizar el mando de las Fuerzas Aéreas del Ejercito
Rojo (VVS RKKA) para poder causar mayores daños al enemigo, estando VVS
RKKA en condiciones de inferioridad numérica.
La otra conclusión lógica
fue basada en el análisis de los errores y en la experiencia acumulada
hasta la fecha: la creación de las agrupaciones aéreas en las
direcciones estratégicas de mayor importancia tiene que efectuarse
principalmente mediante la maniobra entre los Frentes y mediante la
maniobra entre los Ejércitos, y no mediante la utilización de las
reservas aéreas. Al mismo tiempo, no se rechazaba la necesidad de
disponer de reservas aéreas, pero en este escenario, gracias a la
posibilidad de maniobrar con las fuerzas disponibles dentro de los
Frentes, dicha necesidad era mucho menor, si lo comparamos con la
situación anterior.
Por ejemplo, el 15 de marzo
de 1942 el Comandante de VVS RKKA General Coronel P.F. Zhigarev en un
informe a Iosif Stalin afirmaba, que para una exitosa lucha contra el
enemigo, nuestra aviación carece de una consolidación en cuanto a su
diseño organizativo y su unidad de mando.
Para solventar estas
debilidades, Zhigarev propuso constituir grandes agrupaciones aéreas
[10]. Dos semanas más tarde, el día 3 de abril, Zhigarev envió otro
informe al Comandante Supremo, con el titulo “Sobre la organización de
VVS del Ejercito Rojo”. Dicho informe una vez más, de forma sincera y
audaz, enumeraba las causas que impedían el uso eficiente de la aviación
acorde al entorno actual y a las exigencias del arte de la guerra. P.F.
Zhigarev afirmaba: “la experiencia nos demuestra que la aviación moderna
es capaz de influir de forma decisiva sobre la marcha de las operaciones
terrestres, pero siempre con la condición de poder concentrar sus
acciones en las direcciones decisivas. Por el contrario, si la aviación
esta dispersa en todo el frente, la eficacia de sus acciones se reduce
drásticamente” [11].
Con el objetivo de potenciar
la maniobrabilidad de las Fuerzas Aéreas y para reducir las necesidades
de uso de las Reservas del Mando Supremo (VGK), es decir, para poder
concentrar fuerzas de ataque en la dirección principal utilizando
básicamente a las unidades y agrupaciones aéreas disponibles en los
frentes, Zhigarev propuso lo siguiente: “la dirección de toda la fuerza
aérea del país debe ser concentrada bajo un único mando, es decir, bajo
el mando del Comandante de las Fuerzas Aéreas del Ejercito Rojo, que a
su vez dependería de las ordenes del Mando Supremo.
Según él, en vez de VVS de
los Frentes y VVS de los Ejércitos, dispersados uniformemente por todo
el frente soviético-alemán, una decisión óptima seria crear solamente
“cinco Ejércitos del Aire operativos”. Cada uno de estos ejércitos tenia
que prestar apoyo y defender las tropas terrestres de varios frentes y
estar bajo mando directo del comandante de VVS RKKA. P.F. Zhigarev
también propuso lo siguiente: “en los Frentes y en los Ejércitos
terrestres quedaría solamente la aviación de reconocimiento, corrección
de artillería y aviones de enlace. En los Estados Mayores de los Frentes
y de los Ejércitos deberán tener departamentos aéreos, a través de los
cuales se deberían coordinar las acciones conjuntas entre las tropas
terrestres y fuerzas aéreas… El Estado Mayor de las Fuerzas Aéreas del
Ejercito Rojo debe ser renombrado como “Estado Mayor Principal de VVS
del Ejercito Rojo”, y su jefe debería ser convertido en el Segundo Jefe
del Estado Mayor Central del Ejercito Rojo”. Igual de radicales y de
contenido similar fueron las propuestas del Jefe del Departamento Aéreo
de la dirección operativa del Estado Mayor Central, General Mayor
Vikulenkov. Sus propuestas fueron presentadas el día 19 de abril de 1942
[12].
De esta forma, los autores
de los informes tenían el objetivo de llamar la atención de los mandos
superiores militares del país para darles a entender la necesidad de una
urgente y profunda reorganización de VVS RKKA. El sentido de sus
propuestas consistía en lo siguiente: manteniendo la misma cantidad
numérica de las fuerzas aéreas, incrementar de forma significativa la
intensidad de las acciones bélicas gracias a un mando centralizado y a
una estrategia de concentración en las principales direcciones. Según
los puntos de vista de los comandantes aéreos, la concentración de
recursos de las fuerzas aéreas se debe efectuar principalmente
maniobrando con sus agrupaciones y unidades a lo largo del frente, a
costa de la reducción de unidades en las direcciones de importancia
secundaria, y no gracias a la utilización de las reservas, trasladadas
desde la retaguardia del país.
La primera orden del
comisariato de defensa de la URSS sobre la reforma de VVS RKKA y sobre
la creación de grandes agrupaciones aéreas de la Aviación de Frente (FA)
data de 5 de mayo de 1942. En particular, en dicha orden constaba: “Con
el objetivo de incrementar el poder destructivo de la aviación y para
efectuar ataques aéreos masivos, se agrupa la aviación del Frente
Occidental en un único Ejercito del Aire, asignándole el nombre de 1er
Ejercito del Aire” [13]. La nueva estructura organizativa, formada por
las agrupaciones de la Aviación de Frente (FA) y su estructura de mando,
como se había demostrado en la practica, permitía dirigir de forma
centralizada a todas las fuerzas aéreas del Frente, realizar amplias
maniobras en el marco del Frente y utilizar a la aviación en aquel
lugar, donde la situación más lo exigía.
Los Ejércitos del Aire (VA)
en comparación con VVS de los Frentes, disponían de mayor potencial para
poder resolver tareas operativas, tanto conjuntamente con las tropas
terrestres, como de forma independiente. El hecho de lograr la unidad de
mando en la Aviación de Frente y la creación los Ejércitos del Aire
redujo la intensidad y las dificultades relacionadas con la creación y
acumulación de las Reservas del Mando Supremo (VGK), dado que las nuevas
agrupaciones, disponiendo a menudo de la misma cantidad de aviones que
VVS de los Frentes y VVS de los Ejércitos, eran capaces de resolver de
forma mas efectiva no solamente las tareas habituales, sino también
tareas aun más complejas.
Aun así, durante el proceso
de creación de los Ejércitos del Aire (VA) no todas las propuestas de
los comandantes aéreos fueron tenidas en cuenta. Como resultado, las
posibilidades de los mandos de VVS RKKA para poder realizar las manobras
de las fuerzas de FA entre los Frentes habían aumentado de forma poco
significativa. Igual que las fuerzas de FA, los Ejércitos del Aire
seguían bajo mando del comandante de las tropas del Frente, y su uso iba
según el plan del comandante del Frente.
Para poder desviar de uno de
los Ejércitos del Aire (VA) a una determinada agrupación aérea con el
objetivo de trasladarla al otro Ejercito del Aire, por ejemplo, al
frente vecino, se exigía la intervención del Mando Supremo (VGK), o en
el mejor de los casos, de su representante, y como es lógico, para esto
se necesitaba tiempo.
En definitiva, con la
creación de nuevas agrupaciones aéreas se había superado el problema de
la dispersión de las fuerzas de FA únicamente en el marco del Frente,
pero en el marco de las direcciones estratégicas y en el marco de todo
el frente soviético-alemán el fraccionamiento de las fuerzas aéreas
seguía patente, dado que cada uno de los Frentes disponía de su Ejercito
del Aire y si no había intervención por parte del Mando Supremo, lo
utilizaba tal y como le convenía según sus planes, sin considerar la
situación en las otras direcciones.
Para poder trasladar el
esfuerzo de la FA (Aviación de Frente) de un Frente al otro, o de una
determinada dirección estratégica hacia la otra, seguía siendo necesario
disponer de grandes reservas aéreas del Mando Supremo (VGK) [14], el
cual mediante realización maniobras concentraba agrupaciones aéreas
necesarias en las direcciones de mayor importancia, donde se llevaban a
cabo operaciones bélicas de gran envergadura, y de esta forma influía de
forma decisiva sobre la situación en el aire y en la tierra.
Hay que destacar que la
necesidad de la dependencia VA del comandante del frente se había
revelado rápidamente nula, tras haber formado a los Ejércitos del Aire y
tras haber acumulado la experiencia de su uso.
A finales de 1942 y durante
1943 al Comandante de VVS RKKA y al Comisariado Popular de la Defensa
llegaron numerosas propuestas de parte de los mandos de VA, para
realizar una reforma aun mas profunda de la FA, para poder solventar el
problema de forma definitiva. Por ejemplo, el comandante del 1VA (1er
Ejercito del Aire) General Leytenant S.A. Hudyakov en su informe al Jefe
del Mando Supremo y al Comandante de VVS RKKA, del 12 de diciembre de
1942, propuso concentrar las 9/10 partes de toda la aviación en las
manos del VGK (Mando Supremo). Hablando sobre los VA, Hudyakov destacó,
que la creación de VA no fue una medida suficiente para poder lograr una
dirección centralizada de las fuerzas aéreas [15].
En efecto, creando los 17
Ejércitos del Aire con el objetivo de poder utilizar la aviación de
forma más eficiente, dichos Ejércitos se dispersaron por todos los
Frentes, en vez de concentrarlos al máximo durante las operaciones más
importantes, realizadas por uno o por varios frentes. En definitiva, la
situación era la siguiente: los 17 Ejércitos del Aire, teniendo sus
estados mayores sobredimensionados, no disponían de suficiente cantidad
de aviones.
Por ejemplo, a finales del
primer y al comienzo del segundo periodo de la guerra, algunas VA
estaban formadas por 2-4 divisiones, con tan solo 100-200 aviones, pero
con Estados Mayores dotados de 300-400 oficiales. Analizando la
actividad bélica de ambos bandos en todos los frentes, resulta que la
cantidad de vuelos realizados a diario por nuestra aviación era mayor
que la cantidad de vuelos realizada por el enemigo, volando en un amplio
espacio, entre Múrmansk hasta el Mar Negro, cuando en los frentes
operativos la cantidad de vuelos era insuficiente. En cambio, el
enemigo, teniendo una menor cantidad total de aviones, pero teniéndolos
concentrados y con un mando centralizado único, efectuaba 1.000-1.500
vuelos en un estrecho sector del frente (varias decenas de kilómetros),
dicho de otra forma, concentraba su esfuerzo en un momento y lugar
adecuado, lo que le permitía lograr un mayor resultado. Al mismo tiempo,
en el resto de los frentes las acciones de su aviación se limitaban a
llevar a cabo misiones de reconocimiento.
El General S.A. Hudyakov,
analizando la situación, destacaba: “nosotros no podremos utilizar de
forma masiva a nuestra aviación y apoyar de forma eficiente a nuestras
tropas de tierra, si no reformamos nuestro sistema de mando. Hemos de
preguntarnos: ¿podemos seguir dispersando una fuerza tan eficaz y un
material tan caro sobre un enorme territorio? La respuesta es que no, no
podemos. Ha llegado el momento de acabar con esta situación y concentrar
a toda nuestra aviación en un puño” [16].
Entre las numerosas
propuestas, hechas con el objetivo de reorganizar la estructura
organizativa y de mando de las Fuerzas Aéreas, eran las siguientes:
-
Excluir a los Ejércitos
del Aire (VA) de la dependencia de los Frentes y ponerlos bajo mando
directo del Mando Supremo (VGK) a través del Comandante de VVS RKKA
y su Estado Mayor;
-
Dejar en los Frentes
solamente la aviación de reconocimiento aéreo y a los regimientos
mixtos;
-
Reducir el numero de los
Ejércitos del Aire (VA) en el frente soviético-alemán hasta un total
de 4 VA, asignando un Ejercito del Aire en la dirección
Noroccidental, otro en la dirección Occidental, otro en la dirección
Suroccidental y otro en la dirección del Caucaso;
-
Disponer en la dirección
del Norte un Cuerpo Aéreo Mixto;
-
Reforzar la composición
bélica de los Ejércitos del Aire;
-
Emplear a los Ejércitos
del Aire (VA) en las acciones bélicas en una dirección y de manera
independiente y conjuntamente con las tropas de los Frentes;
-
Efectuar las maniobras
entre las direcciones estratégicas, así como entre los Ejércitos del
Aire (VA), mediante la aviación de RVGK (Reserva del Mando Supremo)
y mediante las agrupaciones de los Ejércitos del Aire (VA).
Según el plan de S.A.
Hudyakov, la reorganización de VVS RKKA debería liberar a 8-9 Estados
Mayores de los VA, una gran cantidad de oficiales de los Estados Mayores
Aéreos, incrementar de manera muy significativa las posibilidades de los
mandos de VVS en cuanto a la concentración de las fuerzas de VVS
maniobrando con las agrupaciones aéreas que forman parte de VA entre los
Frentes, reducir la necesidad de las reservas aéreas, que llegaban desde
la retaguardia al frente para concentrar el esfuerzo de la aviación en
las direcciones mas importantes.
En definitiva, estas
propuestas no se realizaron, y los VA quedaron bajo mando de los Mandos
de los Frentes. Su cantidad tampoco se había reducido. Por esta causa
era bastante difícil concentrar las fuerzas aéreas a costa de las
agrupaciones que formaban parte de los Ejércitos del Aire en el marco de
las direcciones estratégicas y en el marco de todo el frente
soviético-alemán.
Estas dificultades
finalmente eran solventadas mediante la creación de grandes reservas
aéreas del Mando Supremo (VGK), cuya cantidad numérica en ocasiones
alcanzaba un 40-70% de todo el parque de aviones disponibles en los
frentes operativos.
Trasladándolos desde un
Ejercito del Aire hacia el otro, el Mando Supremo (VGK) creaba
condiciones cómodas en cuanto a relación de fuerzas en los segmentos del
frente soviético-alemán de mayor importancia. Por consiguiente, el
camino hacia la concentración de las fuerzas aéreas en las principales
direcciones estratégicas se encontró: fue efectuado mediante maniobras
de grandes reservas aéreas, disponiendo al mismo tiempo en cada uno de
los Frentes de pequeños Ejércitos del Aire. Pero este camino, desde el
punto de vista económico, era menos eficiente en comparación con el plan
propuesto por los comandantes de los Ejércitos del Aire, entre ellos por
el comandante del 1Er Ejercito del Aire.
De esta manera, la
experiencia de la Guerra Patriótica había demostrado que la entrega de
las unidades y agrupaciones aéreas para integrarlas dentro de la
estructura de las Tropas Terrestres (Ejércitos, Frentes) limitaba
considerablemente la realización de su potencial bélico. Esta estructura
dificultaba, o en ocasiones incluso imposibilitaba la concentración de
las Fuerzas Aéreas en la dirección estratégica principal, en la cual
actuaban las tropas terrestres durante la realización de las operaciones
bélicas.
Este hecho sobre todo quedó
patente a la hora de la reducción del parque de aviones de las Fuerzas
Aéreas. Una de las vías más eficaces para lograr el uso concentrado de
las Fuerzas Aéreas limitadas en cantidad es la centralización de su
mando en mandos de los Mandos de las Fuerzas Aéreas.
NOTAS:
[1] Archivo militar estatal
de la Federación Rusa (RGVA).
F. 4. Op. 11. D. 48. L. 158.
[2]
Misma fuente, ver arriba.
F. 29. Op. 34. D. 204. L.57.
[3] 15% de las fuerzas
fueron asignados a PVO de Leningrado.
[4] RGVA. F. 29. Op. 34. D.
556. L. 19.
[5] Misma fuente, ver arriba.
Op. 26. D. 202. L. 110.
[6] En el Frente, según la
doctrina antes de la guerra, se planificaba disponer de 4-6 ejércitos de
tierra.
[7] Calculado por el autor
con la condición de que la división aérea disponía de 3-5 regimientos
reglamentarios, cada uno de ellos dotado de 60 aviones.
[8] Archivo Central del
Ministerio de defensa de la Federación Rusa (TsAMO RF). F. 217. Op.
441526. D. 3. L. 13-17.
[9] En algunos ejércitos se
había dejado a un regimiento aéreo mixto (SAP) en cada uno.
[10] TsAMO RF. F. 35. Op.
30809. D. 50. L. 4-6.
[11] Misma fuente, ver
arriba. Op. 11250. D.
45. L. 69-79.
[12] Misma fuente, ver
arriba. L. 155—159.
[13]
Misma fuente, ver arriba. F. 290. Op. 517179. D. 7.
L. 27.
[14] En los años 1943 – 1945
las reservas aéreas del Mando Supremo (VGK) llegaban a tener hasta un
40-70% de todo el parque de aviones respecto a las unidades operativas
de VVS RKKA.
[15]
CAMO RF.
F.
35. Op. 11250. D. 49.
L. 40-57.
[16] Misma fuente, ver
arriba. L. 48.
Coronel retirado
A.G. Pervov
Revista de Historia Militar
¹ 1 2006 |