Tuve
ocasión de encontrarme con los medios de defensa antiaérea enemiga
justo en mi primer vuelo de combate.
Actuando
en la zona de Duhovshina, que estaba fuertemente defendida por la
artillería antiaérea, llegué a la conclusión de que no es posible
trabajar sobre el objetivo sin hacer caso a los cañones y
ametralladoras antiaéreas.
No hay
lugar a dudas de que con un armamento tan potente que lleva un IL-2,
todo el grupo podría neutralizar a los medios de defensa antiaérea,
pero este hecho implicaría incumplir el objetivo principal de la
misión.
Por eso,
en los grupos de Shturmovik se asignaban aviones especialmente
dedicados a neutralizar las piezas de artillería antiaérea.
Tuve
muchas ocasiones de estar asignado para realizar estas tareas.
En un
grupo compuesto por 6 u 8 aviones, para neutralizar los medios
antiaéreos se asignaba a una pareja. Cuando en la misión participaba
el escuadrón entero, se asignaba a una escuadrilla, compuesta por 2
parejas.
Para
ello, se asignaba a los mejores pilotos, a los que sabían manejar a
la perfección el armamento frontal y a lanzar con precisión sus
bombas, a aquellos que sabían orientarse bien. Había que saber
localizar el objetivo, neutralizarlo con seguridad y en caso de
separarse del resto del grupo, saber llegar a la base en solitario.
Cuando el
grupo se acercaba al objetivo, los aviones asignados se separaban y
volaban a una mayor distancia del resto, para poder maniobrar con
libertad en los flancos del grupo.
En
septiembre de 1943 nuestro grupo formado por 8 IL-2 tenía misión de
atacar la ciudad de Duhovshina.
Cuando el
grupo se acercó al objetivo, la artillería antiaérea alemana abrió
un denso fuego. Yo y mi punto, piloto Nazarkin, localizamos a las
baterías antiaéreas que disparaban en las afueras de la parte norte
de la ciudad. En el primer ataque neutralizamos a 2 baterías
antiaéreas. Mientras tanto, nuestro grupo atacó el objetivo
principal.
Cuando el
grupo salía del ataque y se retiraba del sector del objetivo,
nosotros seguíamos neutralizando las baterías antiaéreas, atacando a
bajas altitudes, y garantizando de esta forma que el grupo volviera
a la base sin sufrir bajas.
En los
vuelos posteriores, en la misma zona, yo y mi punto, como norma
general, atacábamos las baterías antiaéreas antes de que el grupo
principal comenzara el ataque. Así mismo, seguíamos atacando durante
la salida del ataque del grupo principal y también durante su
retirada del objetivo.
Es
especialmente importante neutralizar a los medios antiaéreos durante
la retirada del grupo, dado que los antiaéreos (incluyendo a los que
no disparaban durante el ataque) comienzan a disparar de forma muy
intensiva en la cola del grupo. En estos casos nosotros, mientras
alcanzábamos el grupo, íbamos a intervalo incrementado para evitar
chocar contra los proyectiles dirigidos al grupo que iba por
delante.
La
asignación de aviones especializados en neutralización de medios
antiaéreos aseguraba la tranquilidad para el resto del grupo e
incrementaba la eficiencia del ataque.
Neutralizábamos la artillería antiaérea no solamente durante los
vuelos en grupo, sino también en vuelos en pareja: durante los
vuelos de reconocimiento aéreo y en misiones de caza libre.
En una de
las misiones de caza libre, realizada sobre las vías férreas Polats
– Idritsa, íbamos en parejas. Detecté a 2 convoyes ferroviarios en
la estación de Pribytki. Uno de los convoyes estaba compuesto por
cisternas, el segundo estaba compuesto por vagones de mercancías y
estaba dotado de una locomotora.
Los 2
primeros ataques fueron realizados para neutralizar a las
ametralladoras antiaéreas, que estaban ubicadas en la estación. Las
ametralladoras dejaron de disparar. Posteriormente realizamos el
ataque sobre los convoyes, y con más tranquilidad incendiamos 3
cisternas, destruimos 2 vagones y 1 locomotora.
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