La
ruptura del suministro ferroviario, fruto de los ataques aéreos,
causa un enorme daño material e influye sobre el resultado final de
una operación bélica, sobre todo en aquellas zonas, donde la línea
del frente esta comunicada por escasas vías férreas.
El día 4
de diciembre de 1944 un grupo de 8 aviones IL-2, liderados por el
Héroe de la Unión Soviética Evsyukov, realizó el ataque sobre una
importante estación ferroviaria en Tarnuv (Polonia) (yo era Segundo
Comandante).
Previamente, el servicio de reconocimiento había detectado una gran
concentración de convoyes ferroviarios en dicha estación. La
situación meteorológica no permitía a nuestros cazas escoltarnos, y
por otro lado, la fuerte defensa antiaérea de la estación, compuesta
por numerosas piezas dificultaba aun más el cumplimiento de aquella
misión.
Para la
operación fue seleccionada la siguiente carga bélica: bombas FAB-50
y FAB-100, cohetes RS-82, aparte de los cañones y ametralladoras.
La
situación meteorológica en la zona de los aeródromos era: la
nubosidad con cota inferior de 150-200m de altitud. En la ruta hacia
el objetivo, la capa de nubes empezó a ascender y a mitad de la ruta
ya era de 400-500 m.
La
formación de combate estaba formada por dos cuartetos en columna,
con distancia máxima entre ambos de 500m; el segundo cuarteto iba
50m más bajo respecto al primero. En la zona del objetivo la
nubosidad se había roto, formando “ventanas”: esto nos permitía
acercarse por encima de las nubes, salir sobre el objetivo y atacar
por sorpresa.
El ataque
(para destruir los convoyes estacionados en las vías) fue realizado
por los dos cuartetos en secuencia, en planeo y a un ángulo de
20-25° respecto a las vías.
Realizamos varios ataques. Como resultado, fueron destruidos y
dañados 7 convoyes ferroviarios. Estos datos fueron confirmados por
las tripulaciones, por los resultados de fotocontrol de los aviones
del grupo, y por los resultados de fotocontrol obtenidos por los
aviones de reconocimiento aéreo, que posteriormente fotografiaron el
resultado del ataque. A pesar de que la estación estaba defendida
por 3 baterías de artillería antiaérea de calibre mediano y varias
baterías de pequeño calibre, nuestro grupo no sufrió ninguna baja,
dado que realizamos el ataque por sorpresa y en la zona de alcance
de los antiaéreos efectuábamos maniobras de engaño a la AAA. La
mayoría de las maniobras de engaño a los antiaéreos fueron
realizadas variando la altitud, y la retirada del objetivo se
efectuó a una velocidad elevada y variable a la vez que se hacían
cambios continuos de rumbo.
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