Tras la
exitosa ofensiva de las tropas del General Batov en septiembre de 1944,
nuestras tropas ocuparon el campo de operaciones en la orilla derecha
del río Narev, al norte de Varsovia, en la región Pultussk-Serotsk.
El mando
alemán, a pesar de haber sufrido numerosas bajas, intentaba por todos
los medios echar a nuestras tropas que se hicieron fuertes en la orilla
derecha del río Narev. Para ello emplearon agrupaciones de carros de
combate, artillería y otro tipo de armamento.
En el mes de
septiembre los alemanes reforzaron sus tropas, trasladando hacia sus
líneas de defensa en Pultussk nuevas unidades de carros de combate.
Por la mañana
recibí la orden: “localizar a los carros de combate enemigos que
vinieron de refuerzo en los sectores sur-oeste de Pultussk”.
Despegamos
una pareja de IL-2 y un caza “Yak” de escolta. Mi punto era mi suplente
(su nombre es St. Leytenant Simonov, era el Comandante de la primera
escuadrilla).
La región por
donde teníamos que buscar a los carros de combate estaba repleta de
artillería antiaérea, lo que dificultaba nuestra misión de
reconocimiento. Nos acercamos a Pultussk a 1200 metros de altitud y al
realizar un amplio giro comenzamos a descender, maniobrando
continuamente en dimensión horizontal y vertical, hasta haber bajado
hasta los 600 metros de altitud.
A unos
15-20km al sur-oeste de Pultussk, en el lindero occidental del bosque
detectamos de 15 a 20 carros de combate. Parte de ellos se encontraban al lado de
la carretera, otra parte en el lindero del bosque cerca de la carretera.
Los carros de combate eran perfectamente visibles desde el aire.
Cuando
finalizamos la misión de reconocimiento, establecimos la comunicación
con la radioestación de guiado y transmitimos los datos obtenidos en
texto abierto. En el puesto se encontraba personalmente el General-Mayor
de las Fuerzas Aéreas Tókarev, Comandante del Cuerpo Aéreo de Asalto.
Tókarev me ordenó por radio liderar el grupo de dos escuadrones de IL-2
y a destruir estos carros de combate.
Justo después
de aterrizar, me monté en otro IL-2 ya preparado especialmente para mí.
Despegamos en dos grupos de 8 IL-2 en cada uno de ellos. El grupo
secundario era liderado por St. Leytenant Simonov.
La carga
bélica estaba compuesta por un 75% bombas PTAB y un 25% de bombas AO-25:
- la primera
escuadrilla del grupo llevaba bombas PTAB para carros de combate;
- la secunda
escuadrilla del grupo llevaba bombas AO-25 para neutralizar la
artillería antiaérea.
Cuando
estábamos a punto de cruzar la línea del frente, establecí la
comunicación con la radioestación de guiado. Nos acercamos al objetivo a
1100 metros de altitud. Realizamos el ataque mediante un giro a
izquierdas y en planeo, avión por avión.
Cuando
realizábamos la primera pasada, ordené a mis puntos no lanzar sus
bombas, y solamente observar las explosiones de las mías. Lancé un
contenedor de PTAB para marcar el objetivo.
La segunda
escuadrilla se dedicó a neutralizar el fuego de la artillería antiaérea.
Una vez el objetivo estaba marcado, los puntos comenzaron el planeo para
bombardear a los carros de combate, al mismo tiempo que neutralizaban la
artillería antiaérea con sus cañones y ametralladoras.
Nuestras
bombas provocaron focos de incendio en la zona. Realizamos 4 ataques.
La retirada del objetivo y la reunión del grupo fueron realizadas por
escuadrillas, “en serpiente” y en dirección al este.
No sufrimos
ninguna baja. Como resultado de nuestro ataque fueron destruidos 8
carros de combate y provocados 3 incendios (no pudimos determinar con
seguridad el origen de estos incendios, pero supuestamente eran
remolques con cisternas de combustible).
Seguidamente
hubo un avance de nuestras tropas. Ellos confirmaron los resultados
anteriores. El Comandante del Ejército que estaba emplazado en aquel
campo de operaciones envió telegramas de agradecimiento a todos los
miembros de nuestro grupo.
Nuestro error
fue el siguiente: la configuración del grupo dedicado a neutralizar la
artillería antiaérea no fue del todo correcta. En consecuencia entre
ataque y ataque había un gran intervalo de tiempo muerto. Por
consiguiente, los antiaéreos alemanes dejaban de disparar solamente en
aquel momento cuando eran atacados por los cazas o por los IL-2. En
consecuencia los IL-2 de los puntos sufrieron algunos daños.
Considero
necesario asignar en cada escuadrilla uno o dos aviones para neutralizar
la artillería antiaérea durante el ataque.
Los cazas nos
prestaron una gran ayuda a la hora de neutralizar la artillería
antiaérea.
CONCLUSION
La misión de
reconocimiento llevada a cabo personalmente por los pilotos de grupo
atacante y el intervalo de tiempo tan reducido, entre la misión de
reconocimiento y el ataque aseguraron el éxito de la operación.
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