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Heroe de la URSS, Starshiy Leytenant

P.S. SHAROV

"Shturmovík-avión de

reconocimiento"

Informe del combate

Biografía del piloto

 

Combate realizado con: IL-2

Shturmovík avión de reconocimiento

 

Durante la Gran Guerra Patriótica yo participé en el Frente  de Kalinin y en el 1er Frente Báltico. Tuve mi primer combate en agosto del 1943, en las afueras de Smolensk, sobre Duhovshina – un fortísimo centro de resistencia nazi.

 

Esta región estaba repleta de artillería y aviación enemiga. Desde mis primeros vuelos de combate en aquella zona pude apreciar la potencia del fuego de artillería antiaérea y de los cazas. En una de mis misiones en la zona de Duhovshina mi avión fue dañado, pero conseguí aterrizar en el territorio ocupado por nuestras tropas sin mayores complicaciones.

 

1. El trabajo continuo

 

Durante mis primeros vuelos de combate, aun cuando iba de punto, pude apreciar la importancia de estudiar rigurosamente los mapas de los campos de operaciones, saber utilizar correctamente y aprovechar las posibilidades de la radio y saber orientarse durante el vuelo.

 

Comencé a entrenarme. A diario, cuando tenia tiempo libre, me sentaba en la cabina del avión, simulando e imaginando el trabajo del piloto con los instrumentos y con el equipo de bombardeo, practicaba la comunicación por radio y la utilización de SPU (sistema de comunicación interna), practicaba la coordinación del piloto con el artillero, simulando el ataque de un caza, realizaba un ejercicio mental para simular el vuelo en base a las indicaciones de instrumentos para simular vuelo en condiciones meteorológicas adversas, y etc.

 

Cuando hacia guardia en el puesto de mando, entrenaba a diario con los mapas y aprendía de memoria las referencias terrestres en la zona de un posible objetivo, analizaba las observaciones del comandante del regimiento hechas durante el análisis de las misiones, leía manuales de episodios de combate, estudiaba las instrucciones. Mediante las fotografías aéreas de gran formato y los mapas aprendía la localización de la artillería y fortificaciones enemigas. Posteriormente todo esto tuvo una gran utilidad para mí.

 

Para reducir al mínimo las bajas, es necesario conocer muy bien la localización de la artillería antiaérea enemiga. Durante una misión, si no estas obligado a sobrevolar una determinada población, hay que evitar hacerlo e intentar rodearla, dado que las poblaciones de gran tamaño suelen estar cubiertas por los antiaéreos.

 

Es más. No solo hay que conocer el campo de operaciones para facilitar la orientación, sino que se ha de conocer muy bien el releve del terreno estudiando los mapas de gran formato. Esto facilitará la localización de los antiaéreos enemigos.

 

En base a la experiencia obtenida en la guerra, se sabe que en un terreno cerrado los antiaéreos normalmente se encuentran en las partes elevadas del terreno.

 

En un terreno abierto, cerca de la línea del frente, los antiaéreos se encuentran en las cuestas orientadas hacia la retaguardia, mientras que en la retaguardia los antiaéreos se encuentran en las partes elevadas del terreno. Para minimizar nuestras bajas se ha de tener en cuenta estos factores.

 

He dedicado mucho tiempo a un exhaustivo estudio de los mapas (a diario marcaba y repasaba de memoria las altitudes del terreno), por lo que tanto mis compañeros como algunos mandos superiores se reían de mi. Pero yo no les hacia caso. Posteriormente este esfuerzo tuvo sus frutos. Pude comprobar en la práctica que aquel piloto que consideraba innecesario aprender los mapas, pagaba las consecuencias.

 

EJEMPLO:

 

Vuelo con leytenant Ivanov

 

Un día íbamos en misión de reconocimiento en pareja. Leytenant Ivanov iba de líder. Cumplimos los objetivos de la misión, y cuando íbamos de vuelta, a la hora de cruzar la línea del frente leytenant Ivanov decidió no perder tiempo en realizar maniobras para rodear a las partes elevadas del terreno, visibles desde el vuelo rasante.

 

El tenía miedo de perder el rumbo, cruzó la línea del frente sin haber realizado la maniobra, y pasó por encima de unas baterías de morteros, ubicados en  un claro del bosque . Pudo salvarse de casualidad. Le dispararon y le arrancaron completamente el timón de profundidad izquierdo y el estabilizador vertical. Gracias a su alto nivel de pilotaje no cayó en el suelo y pudo llevar el avión a nuestro territorio. Voló 12km y aterrizó en un aeródromo de vanguardia, destinado para los cazas.

 

Este extraordinario caso – el vuelo de un avión con la mitad de la cola arrancada, sucedió en Bielorrusia, en la región de Vitebsk, en el año 1943. Saqué mis conclusiones de aquella misión.

 

Vuelo de Hrisanfov

 

Leytenant Hrisanfov salió en misión de reconocimiento aéreo en pareja. Leytenant confiaba en su buen conocimiento de la zona, por lo que no estaba controlando sus coordenadas de forma debida. En vez de rodear las poblaciones de gran tamaño, dirigió su pareja directamente a Vitebsk, volando a 250-300m de altitud. Su excesiva confianza le hizo pagar las consecuencias.

 

El avión del punto de Hrisanfov fue dañado, pero pudo aterrizar sin incidencias en nuestro territorio. Pero leytenant Hrisanfov fue derribado y aterrizó en la tierra de nadie.  Durante el aterrizaje se rompió una pierna.

 

Cuando nuestras tropas fueron a rescatarle, hubo un combate con los alemanes, en el cual murieron 10 nuestros soldados y el medico del regimiento de infantería.

 

2. Mis misiones de reconocimiento

 

En mi primera misión de reconocimiento en calidad de líder yo me sentía inseguro, estaba tenso, tenía miedo de perder la orientación. Pero realicé aquella misión con éxito: sin desviarme del rumbo, volví a nuestro aeródromo, aportando valiosa información. El éxito de la misión me hizo sentir mas seguro, así que el mismo día realicé otra misión de reconocimiento en formación de una pareja de IL-2.

 

Dentro de poco tiempo yo era un piloto de reconocimiento aéreo bastante conocido en nuestra división. Realicé numerosas misiones sin sufrir ni una sola baja.

 

Recibía los objetivos para la misión como mucho una hora antes del despegue. Se me indicaba:

 

   1)      Los sectores donde tenia que realizar la misión y la ruta de vuelo preliminar;

   2)      Las condiciones meteorológicas: altitud, nubosidad, visibilidad;

   3)      El objetivo a reconocer: los sectores con la mayor concentración de tropas,

            dirección del movimiento de las tropas por las carreteras, su cantidad

            aproximada.

 

Yo realizaba el reconocimiento de forma visual, y fotografiaba los objetivos más importantes.

 

Volaba armado con bombas, a veces sin bombas. Esto dependía del objetivo de la misión.

 

Antes de despegar precisábamos los detalles con las tripulaciones que iban a participar, puntualizando posibles “sorpresas” que podían haber ocurrido durante la misión.

 

Posteriormente yo y mi compañero junto a nuestros artilleros nos dirigíamos a nuestros aviones. Allí acabábamos de acordar con los artilleros el resto de los asuntos.

 

Yo le daba una importancia especial a la comunicación por radio entre los aviones y también entre los miembros de cada avión. Esto permitía entendernos sin emplear demasiadas palabras en el aire.

 

El lanzamiento de un cohete era la señal para el despegue. Una vez en el aire, informaba al operador de la base que el despegue se había efectuado sin incidencias, y posteriormente tomaba rumbo hacia le objetivo.

 

En las zonas cercanas a la línea del frente y sobre el territorio enemigo yo evitaba volar en línea recta. Realizaba la orientación únicamente de forma visual.

 

Cruzaba la línea del frente en vuelo rasante, y cuando era posible procuraba hacerlo en la zona de los bosques o pantanos.

 

Sobre el territorio enemigo volaba a altitudes distintas: en vuelo rasante, bajo las nubes, dentro de las nubes.

 

Evitaba sobrevolar las poblaciones de gran tamaño y los sectores con gran concentración de antiaéreos.

 

Cuando detectaba a las tropas y el armamento pesado enemigo, realizaba la maniobra y en el momento apropiado pasaba sobre ellos, fotografiándolos. Al mismo tiempo lanzaba mis bombas y avisaba al punto para que este atento. Posteriormente realizaba una maniobra precisa y pasaba en vuelo rasante, o a veces entraba en las nubes: esto dependía de la intensidad del fuego antiaéreo, de la presencia de los cazas, o del tipo del terreno.

 

Realizaba misiones de reconocimiento cuando la altitud de la nubosidad era desde 50m hasta 250-300m. Mi punto (D. Ivanov o Kruglikov) replicaban mis acciones y maniobras, siguiendo mis órdenes o por su cuenta.

 

Gracias a una buena coordinación entre el líder y el punto y a una buena comunicación por radio, durante mis misiones de reconocimiento no sufrimos ni una sola baja, ni a causa de los antiaéreos ni a causa de los cazas.

 

Cuando reunía toda la información necesaria, nos dirigíamos a la base. Cuando faltaban 8-10 km antes de la línea del frente, yo daba la orden: “entra en las nubes y mantén el rumbo “X””. Posteriormente disminuía la velocidad y girando 5 grados también entraba en las nubes, cruzando la línea del frente. Al pasar 3-4 minutos, daba la orden: “bajamos”.

 

Posteriormente yo también bajaba, mientras comunicaba a nuestras tropas por radio los resultados de la misión de reconocimiento. Volaba en vuelo rasante, buscando a mi punto para reunirse con el. Me ponía al lado de el, le daba al gas y tomaba el rumbo a nuestra base.

 

A veces le dejaba a mi punto ponerse de líder, para que puediera practicar el pilotaje y mejorar su capacidad de orientación.

 

Cuando nos estábamos acercando a la pista, volvía a transmitir los datos obtenidos en la misión de reconocimiento (así eran las ordenes de la División).

 

Al aterrizar, interrogaba  mi punto y a ambos artilleros, posteriormente nos dirigíamos todos al puesto de mando para informar a los superiores sobre la misión de forma verbal y posteriormente realizaba el informe escrito.

 

Después de analizar las fotografías reveladas, me quedaba a la espera de recibir la orden de realizar la siguiente misión.

 

 

FAE_Cazador / HR_Torero

 

 

 

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