Según los
datos del servicio de reconocimiento, en el aeródromo central de
Bobrúysk estaba emplazada la escuadra “Mölders”, considerada como
una de las mejores de Luftwaffe. En un interrogatorio, realizado a
uno de sus pilotos derribados por nosotros, se confirmó que la
“Mölders” sufrió grandes bajas en personal de vuelo, causadas por
nuestros cazas. Actualmente contaba con un 40% de pilotos con poca
experiencia, pero a pesar de todo, el mando alemán tenía depositada
gran confianza en esta escuadra, enviándola a los segmentos del
frente con mayor importancia.
Yo estaba
al mando del regimiento. El comandante de la IAD (División Aérea de
Caza) encargó a nuestro regimiento la siguiente misión: “Quitar al
enemigo la iniciativa en el aire. Derrotar a la escuadra “Mölders”.
Era un 23
de febrero de 1944. Durante el día, la aviación enemiga
prácticamente no mostraba ninguna actividad significativa. Preparé
un grupo compuesto por los 14 mejores pilotos. Comenzamos los
preparativos para derrotar a la escuadra “Möelders” en combate aéreo.
Nosotros
estábamos emplazados en el aeródromo Yudichi, a 12km de la línea del
frente. El personal de vuelo se preparó bien para realizar aquella
misión. Nuestros pilotos conocían a la perfección las tácticas de
pilotos alemanes. Teníamos en nuestra disposición los cazas Yak-9T (con
cañón de 37mm) y Yak-1.
Al final
del día 23 de febrero, a una hora y media antes de anochecer,
“Redut” (un modelo del radar) en la zona de Bobruysk detectó varios
grupos de aviones enemigos. Probablemente, el enemigo se dirigía
para realizar un ataque masivo sobre nuestras posiciones terrestres.
Todo
nuestro grupo de 14 pilotos estaba en alerta ¹ 1, y justamente tras
recibir la señal de puesto de mando, despegó y se dirigió hacia el
objetivo. El despegue y la puesta en formación de combate fueron
realizados de forma rápida y organizada. La formación de combate
durante el camino hacia la línea del frente, antes de llegar al
lugar de combate aéreo, era la siguiente:
1) El
primer grupo de ataque estaba formado por un sexteto de Yak-9T, e
iba en parejas, a 1.500-1.800m de altitud. El grupo era liderado por
mí;
2) El
segundo grupo, formado por 4 Yak-1, iba más alto, a nuestra derecha
y a 2.800m de altitud. Este grupo era liderado por el Héroe de la
URSS Mayor Zudilov.
3) El
tercer grupo de 4 tripulaciones iba a 3.500-4.000m de altitud. El
grupo era liderado por el Dos Veces Héroe de la URSS Mayor Borovko.
Los
grupos estaban compuestos por parejas bien cohesionadas y
experimentadas. Entre los grupos (líderes) manteníamos el contacto
visual y por radio. La dirección del combate aéreo era efectuada por
radio y mediante señales, acordadas previamente.
Aprovechamos la nubosidad y el sol. Sobrevolamos la línea del
frente, volando en esta formación de combate. En el rumbo de
intercepción y a la misma altitud que nosotros enseguida detecté a
un grupo de 6 FW-190. Este grupo estaba encargado de “limpiar” el
aire antes de la llegada de las fuerzas principales. Di la orden por
radio:
“Entro en
combate con mi grupo. Los otros dos grupos mantenerse al margen y no
entrar en combate”.
Los
lideres recibieron mi señal, y yo con mi sexteto ataqué por la parte
del sol a los cazas enemigos. Ellos no aceptaron el combate, y
pasando a vuelo rasante se retiraron uno por uno hacia el oeste. Por
nuestra parte seria un error perseguirles, dado que las principales
fuerzas enemigas estaban a punto de llegar a la línea del frente.
Nosotros mantuvimos la formación de combate previamente configurada
y ocupamos la posición más ventajosa sobre el territorio enemigo.
Desde la
estación de guiado (dotada del radar “Redut”) recibí la señal de
aviso sobre la llegada de un gran grupo de aviones enemigos que iban
a la misma altitud que nosotros. En este mismo momento vi que desde
la ciudad de Bobrúysk venían 2 grupos de bombarderos Ju-87, formados
por 30 aparatos y escoltados por unos 20 cazas. Los líderes de los
grupos también habían detectado al enemigo visualmente.
Tomé la
siguiente decisión: yo con mi sexteto iba a atacar a los bombarderos
enemigos, el segundo cuarteto debería seguirme, mientras que el
tercer cuarteto debería bloquear a los cazas de escolta. Los líderes
recibieron la orden y los tres grupos entramos en combate.
Con un
agresivo ataque realizado por 10 tripulaciones logramos romper la
formación de los grupos de bombarderos. En el primer ataque mi
sexteto derribó a 3 Ju-87.
Los
bombarderos enemigos se desprendieron de sus bombas de forma
desordenada y uno por uno comenzaron a pasar a vuelo rasante. Parte
de sus bombas había caído sobre sus propias tropas.
No
pudimos seguir persiguiendo a los bombarderos enemigos, dado que sus
cazas de escolta nos impusieron el combate aéreo.
El tercer
cuarteto, liderado por Mayor Borovko, atacó por arriba al grupo de
cazas y derribó a 2 FW-190.
Los
bombarderos estaban escapando hacia su territorio. Dejé de
perseguirles y entré en combate con sus cazas de escolta. Nuestros
grupos mantuvieron la misma formación de combate, a excepción del
cuarteto del Mayor Zudilov, que se entretuvo persiguiendo a los
bombarderos alemanes; Zudilov entró en combate con los cazas algo
más tarde, reforzando nuestra posición.
En el
combate empleamos acciones de parejas sueltas pero en coordinación
con las demás parejas: los líderes, sabiendo que estaban cubiertos
con toda la seguridad, atacaban con mayor agresividad. Desde el
comienzo del combate, la iniciativa estaba en nuestras manos. Los
alemanes se pusieron nerviosos, llevaban el combate de forma caótica
y poco tiempo después comenzaron a salir del combate de forma
individual. Aprovechamos este hecho y les derribábamos uno por uno.
El
combate aéreo duró 35 minutos y estuvo basado en maniobras
verticales y horizontales. El combate terminó con nuestra victoria
absoluta: derribamos a 4 bombarderos y a 9 cazas. Por nuestra parte
no hubo ninguna baja.
Este
combate cambió la situación aérea a nuestro favor de forma decisiva
y en todo el segmento del frente. Las acciones de los cazas enemigos
se volvieron bastante limitadas y cobardes. El dominio aéreo fue
ganado por nosotros.
|