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Heroe de la URSS, Mayor de la Guardia

I.A. TITOV

"Acción de los tripulantes frente a los rayos de los

reflectores antiaéreos"

Informe del combate

Biografía del piloto

 

Combate realizado con: Pe-2

Acción de los tripulantes de un bombardero frente a los rayos de los reflectores antiaéreos

 

En la Gran Guerra Patriótica el enemigo defendía sus sectores estratégicos de los ataques de la aviación nocturna mediante una gran cantidad de artillería antiaérea, cazas nocturnos y reflectores antiaéreos. Todos estos elementos eran coordinados entre si.

 

Los reflectores antiaéreos capturaban con sus rayos a nuestros aviones. De esta forma daban la posibilidad de abrir fuego de precisión a la artillería antiaérea y facilitaban la búsqueda a los cazas de patrulla.

 

Un bombardero suele ser atrapado por los rayos de los reflectores cuando se pone en rumbo de combate, cuando deja de realizar maniobras de esquivación de los antiaéreos.

 

Si el avión es capturado por los focos, su tripulación tiene que prestar la máxima atención a la hora de observar el espacio aéreo, y una vez lanzadas las bombas, intentar salir de la luz de los reflectores cuanto antes.

 

Durante la guerra en numerosas ocasiones yo terminaba siendo capturado por los reflectores antiaéreos. El modo de actuar depende mucho de la velocidad y de la maniobrabilidad del avión, así como de las habilidades del piloto a la hora de escapar de los rayos de los reflectores.

 

El día 4 de junio de 1942 yo realizaba el bombardeo sobre el nudo ferroviario de Bryansk con el avión TB-3. Cuando me puse en rumbo de combate, mi avión fue captado por 18 reflectores simultáneamente.

 

A causa de la baja velocidad y mala maniobrabilidad del avión estuve expuesto a la luz de los reflectores durante un tiempo bastante prolongado. Como consecuencia, la artillería antiaérea tenía la posibilidad de realizar tiro con eficacia. Mi avión quedó fuertemente dañado.

 

Posteriormente estuve pilotando el bombardero IL-4. Con este avión también era atrapado por los reflectores en numerosas ocasiones, pero siempre conseguía ocultarme de ellos en poco tiempo.

 

En una ocasión me encargaron la misión de iluminar el objetivo con las bombas de iluminación. El objetivo era la ciudad de Budapest. El sistema de defensa antiaérea de esta ciudad contaba con más de 60 reflectores antiaéreos.

 

Cuando me puse en rumbo de combate, mi avión fue atrapado por los reflectores. El avión fue acompañado por los focos hasta el momento del lanzamiento de las bombas.

 

Una vez lanzadas las bombas, pique bruscamente mi avión, y seguidamente ascendí bruscamente desviándome de rumbo entre 12 y 20°. De esta forma pude salir de los rayos de los reflectores.

 

Fig. 42

 

A causa de mis bruscas e inesperadas maniobras los reflectores no eran capaces de seguirme y me perdieron.

 

En numerosas ocasiones me acercaba al objetivo de forma oculta, con los motores a mínima potencia, por el método de pérdida de exceso de altitud. En la mayoría de los casos obtenía resultados satisfactorios. Los reflectores comenzaban a buscarme cuando yo ya estaba a punto de salir de la zona de su alcance.

 

Cuando había nubosidad, yo iba por debajo de las nubes sin ninguna preocupación, dado que en el supuesto caso de ser detectado por los reflectores, con un ligero movimiento de la palanca me ocultaba dentro de las nubes. Además, los cazas enemigos no podrían volar encima de mi, dado que enseguida serian detectados al ser perfectamente visibles con el contraste blanco de las nubes.

 

En los vuelos nocturnos la observación del espacio aéreo es plena responsabilidad de los artilleros, sobre todo durante el rumbo de combate, dado que el navegante esta ocupado realizando cálculos de la deriva y apuntando al objetivo, y el piloto esta ocupado realizando las maniobras entre los focos, estando toda la atención de ambos completamente ocupada.

 

 

HR_Vadder / HR_Torero

 

 

 

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